Sixto Vizuete debió actuar por sí mismo desde que se hizo cargo de la Selección. Él cometió el pecado de aliarse con los seleccionados para sostenerse en su puesto, sin percatarse de que necesitaba un mayor liderazgo. El triunfo contra Perú evidencia que el país cuenta con jugadores de calidad, que pudieron estar en este momento en una mejor ubicación en la tabla de posiciones.
Hoy pagamos los desaciertos de los directivos por su ligereza en la toma decisiones. Ante eso no queda otro camino que seguir con este grupo de futbolistas. Es por eso que Vizuete debe mantener a Jefferson Montero, de excelente rendimiento ante Perú, para el partido contra Argentina, el miércoles próximo. No hacerlo es traicionar sus buenas intenciones.
Es hora de que el equipo lo dirija él, con autoridad y liderazgo, para así aferrarnos a uno de los cupos directos o al repechaje.