Se acercan Ecuador y Colombia

A menos que ocurra algún incidente o declaración fuera de tono que eche a perder los enormes avances logrados por el gobernador de Nariño, Antonio Navarro Wolf, es muy probable que el encuentro de los ministros de Relaciones Exteriores de Ecuador y Colombia sea el hecho decisivo que lleve a los dos regímenes a reanudar sus relaciones diplomáticas, rotas el 3 de marzo de 2008 a raíz del bombardeo colombiano a un campamento clandestino de la guerrilla de las FARC en Angostura. Aparte de ser un eficiente administrador público, muy popular en su región, Navarro Wolf, un ex guerrillero del disuelto grupo irregular colombiano M-19, es considerado en diversos sectores políticos de América Latina como uno de los líderes más sensatos y reflexivos de su país.

Un hombre que vivió tan de cerca el dolor de la cárcel, el exilio y la muerte conoce perfectamente que es imposible una solución violenta a cualquier conflicto o discrepancia y sabe el valor que tiene la paz. Por eso ha sido un acierto que los dos gobiernos hayan encontrado en Navarro Wolf al personaje idóneo para acercar posiciones y alcanzar puntos de encuentro.

Pero es justo destacar, sobre todo, la actitud de los mandatarios Rafael Correa y Álvaro Uribe, quienes, finalmente, han escuchado el clamor de los dos pueblos, siempre fraternos, para que a pesar de cualquier diferencia ideológica podamos vivir en paz y mirar el futuro desde el entendimiento, la tolerancia y los intereses comunes. Si todo marcha como parece, Ecuador y Colombia estarían muy cerca de restablecer sus vínculos diplomáticos y, más aún, iniciar un camino para recuperar la confianza y reducir al mínimo las tensiones, los recelos, las estigmatizaciones y los prejuicios mutuos.

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