Más accidentes se registraron en la Mariscal Sucre en 2018

En La Magdalena, un grupo de peatones cruzó mientras el semáforo estaba en verde.

En La Magdalena, un grupo de peatones cruzó mientras el semáforo estaba en verde.

En el norte, los giros hacia la izquierda están permitidos, pero eso dificulta el tránsito. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

La Mariscal Sucre es una vía de 31 kilómetros que ha cambiado desde los años setenta, cuando fue construida como una ruta perimetral. Desde su inicio, en la avenida Diego Vásquez de Cepeda, en Carcelén, y su fin, en la Lucía Albán, en Guamaní, se evidencian diferencias antes y después de cruzar los túneles.

Aunque en el norte circulan más vehículos (unos 36 000 por día), la carga parecería mayor en el sur (20 000). En ese sector la avenida se vuelve más angosta, por la presencia del carril exclusivo para transporte público, llamado Corredor Sur-Occidental. Aunque los giros a la izquierda son necesarios, afectan el flujo vehicular, especialmente cuando se trata de buses, que requieren de más espacio para curvar.

Julio Puga, director de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), señala que ahora la Mariscal Sucre es una vía mixta perimetral-urbana.

Al igual que en la Simón Bolívar, en la av. Occidental se permite a los vehículos livianos circular hasta 90 km/h y los pesados a 70. Pero hay tramos en donde se permite ir a un máximo de 50 km/h y en zonas escolares el límite es 20 km/h.

Puga dice que la avenida fue construida y planificada como perimetral sobre el anillo urbano, pero con los años este creció hacia los conjuntos habitacionales, viviendas, colegios y otras infraestructuras que se levantaron.

Actualmente la vía tiene 34 intersecciones semaforizadas, 11 de ellas con fase peatonal (es decir, cruces peatonales a nivel de la calzada), además de 23 puentes peatonales.

En La Magdalena, un grupo de peatones cruzó mientras el semáforo estaba en verde. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

A pesar de eso, los atropellamientos son la causa más común de muertes. En el 2017 de las 34 víctimas mortales que se registraron allí, 20 fueron por atropellamiento; en el 2018 fueron siete de las 17.

Ayer, en el semáforo de El Condado, un joven estuvo a punto de ser atropellado cuando corría para embarcarse en un bus, pese a que el semáforo estaba en verde.

En el sur, en la parada La Magdalena, del corredor Sur Occidental, es común ver a grupos de peatones que cruzan caminando o corriendo sin fijarse en el semáforo y los conductores se ven obligados a pitar y frenar de forma brusca.

Esta vía registra la mayor cantidad de accidentes en Quito. Según la AMT, el año pasado allí ocurrieron 570, mientras que en la Simón Bolívar (que tiene 27 km más) fueron 515.

La diferencia en la velocidad de circulación podría ser la causa para que, a pesar de que el número de accidentes es mayor en la Mariscal Sucre, la cifra de fallecidos sea menor. Mientras que en la Simón Bolívar se reportaron 31 muertes en el 2018, en la Mariscal Sucre hubo 17. Jesús Gómez, asesor técnico de Educación Vial de Aneta, dice que la Mariscal tiene un problema de congestión, por el sistema de administración de tráfico.

Los semáforos están programados para cambiar de luz en un tiempo fijo, dice Gómez, y en ciertas intersecciones, los vehículos deben parar por 40 segundos. En ese tiempo contaminan y sus conductores se estresan y atrasan, mientras que por las transversales a veces no pasa ni un carro. Él sugiere que se opte por semáforos automáticos, que cambian según la demanda.

Christian Zaragocín, gerente de operaciones de la Movilidad de la Epmmop, explica que ahora la Mariscal Sucre está avanzando hacia el límite de su capacidad, por el crecimiento vehicular anual. Subraya que esta vía presenta un comportamiento diferente en el norte y en el sur. De hecho, la gente la reconoce como Occidental de los túneles al norte y Mariscal Sucre, hacia el sur.

A diferencia de la Simón Bolívar, la Mariscal Sucre tiene varios accesos y salidas. Son más de 160 transversales y cada una tiene sus complejidades.
Zaragocín dice que es difícil medir el flujo total de la Mariscal Sucre puesto que hasta La Legarda o San Carlos la carga vehicular difiere a la que existe en la Mariana de Jesús, porque se derivan vehículos por la Fernández Salvador o El Bosque.

Para alivianar la carga se han hecho obras como el intercambiador de la Fernández Salvador, la adecuación de los cruces peatonales en la José Miguel Carrión y en La Florida; o la reforma en el sector de la UTE para mejorar la rampa de salida a la Mariscal Sucre.

En el 2017 la Epmmop invirtió en señalización horizontal y vertical USD 116 681; el año pasado 18 022, y para este año está previsto invertir 12 000.

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