Control de velocidad por medidores solares y cámaras radares en el sector de la Ruta Viva. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Por la pantalla digital se observa la velocidad de los autos. En tres segundos, el fotorradar marca 60, 70 y 80 km por hora de tres carros que circulan por el mismo punto de la avenida Simón Bolívar, en el oriente de Quito. En un tramo de 50 metros puede captar hasta 20 imágenes de forma instantánea.
Este aparato forma parte de un sistema de fotorradares que se ha instalado en la capital con una inversión municipal de USD 250 000. Otros 149 dispositivos similares también han implementado el Min. de Transporte y la ANT en otras provincias. La Policía tiene 25 equipos (ver cuadro). Y la idea de todo ese aparataje es bajar los siniestros de tránsito por exceso de velocidad.
¿Se ha logrado? Las estadísticas no han variado entre el 2010 y el 2014. Los archivos digitales de la ANT revelan que en ese período el manejar demasiado rápido estuvo entre las cinco primeras causas de percances viales. Pero entre enero y febrero subió al segundo puesto, únicamente seguido por accidentes causados por no respetar las señales de tránsito.
Fuertes secuelas
El miércoles, un poco después de las 20:00, un camión llegaba a una curva a la altura de la Forestal. Antes de hacerlos encendió las luces, rebasó a los autos pequeños y cuando intentaba curvar perdió pista.
Diez minutos después, a 500 metros de un fotorradar ubicado cerca de la entrada a la Universidad Internacional otro carro perdió pista por la calzada mojada, chocó contra un árbol y terminó con las llantas hacia arriba, junto a la cuneta.
El tráfico quedó obstaculizado por motos de agentes de tránsito que auxiliaron a los conductores y de los primeros datos que recogieron no descartaron exceso de velocidad.
David, un joven de 29 años, también sufrió un siniestro por esa causa en la Oriental. Ayer recordaba que mientras manejaba a 90 km sobre la calzada mojada perdió el control del auto y se impactó contra los protectores lateral de la vía. Al otro lado estaba una quebrada.
Las consecuencias: se rompieron los faros, el parachoque, la mascarilla del carro. También se aplastó el radiador, se torció la dirección y los neumáticos delanteros explotaron.
Pero el 4 de marzo, el exceso de velocidad y la neblina dejaron serias secuelas, pues murieron cuatro pasajeros de un bus accidentado en una parroquia de Chimborazo. Otros 28 quedaron heridos. Eran las 17:25 y lo único que recordó una mujer es que el carro se viró varias veces y se cayó a un abismo de 60 metros. Todo lo que pasó adentró lo contó a su familia. “El bus estaba lleno de gente y una mujer falleció a mi lado por una herida en el vientre”.
Otra mujer recordó más detalles. “De repente sentí que el conductor perdió el control, intentó maniobrar el volante, pero no pudo. Por eso empezamos a dar vueltas y vueltas”.
Cuatro meses antes, en esta misma zona, hubo 20 heridos más y la razón nuevamente fuero la alta velocidad. Ahí murió Jéssica, un joven de 18 años que cursaba la secundaria. Su madre solo dice que el exceso de velocidad le quitó a su hija.
Solo entre enero y febrero de este año 329 personas han muerto en percances viales (en el 2014 fueron 2 322) y 3 914 quedaron lesionadas (el año pasado sumaron 27 668).
La ayuda de los radares
Las autoridades señalan que el uso de radares sí ha ayudado a bajar el número de accidentes. Por ejemplo, el secretario de Movilidad del Municipio de Quito, Darío Tapia, advierte aquello, pero reconoce que hay preocupación por los siniestros en la Simón Bolívar.
Cifras oficiales refieren que siete hechos se producen cada semana en esa vía. “El 95% ocurre por exceso de velocidad”, refiere el mayor Lenin Pérez, jefe del SIAT, un ente que investiga estos casos.
La Comisión de Tránsito del Ecuador también habla de una disminución en Santa Elena, Guayas y Los Ríos, en un 74% durante el primer trimestre de este año. El ente relaciona estas cifras con el uso de radares. “Han servido para que los conductores respeten los límites de velocidad y el 97% del 1,1 millones de vehículos que salieron a la vía la Costa, durante los meses de enero, febrero y marzo de este año, no fue sancionado”, señala Fernando Zevallos, vocero de esa entidad.
La Policía realiza controles de velocidad en 13 provincias. Los operativos se hacen con los equipos de la ANT. Antes, la entidad operaba con pistolas de radar que fueron adquiridas en 1995. En la actualidad, ese equipamiento fue retirado por otro de mejor tecnología. Los antiguos aparatos pasaron a las bodegas para ser rematados.
En Pichincha, los agentes utilizan los fotorradares en los cantones Cayambe, Mejía, Rumiñahui y en las vías periféricas de Quito como Manuel Córdova Galarza, Rumiñahui, Collas.
La mañana del jueves, ocho agentes del Escuadrón de Carreteras se ubicaron en la ruta Collas que conduce al nuevo aeropuerto de la capital y medían la velocidad. A los carros que iban rápido tomaban fotos.
Pese a que el exceso es la segunda causa de accidentes, los agentes dicen que estos se han reducido porque hay más controles en las vías. “Sí ayuda, pero también depende de la gente. Manejan despacio solo en los puntos conocidos, porque allí se hacen operativos continuamente. Luego siguen en lo mismo”, cuenta un alto oficial.
Ecuador
Aunque las autoridades destacan los beneficios de los aparatos, las estadísticas revelan más siniestros por altas velocidades