El canciller José Valencia indicó que con la reapertura se asegurará la “vigencia de un sistema de méritos profesionales y la capacitación permanente para el personal del Ministerio”. Foto: Tomada de la cuenta Twitter Cancillería
Después de ocho años en los que permaneció cerrada por decisión del expresidente Rafael Correa, la Academia Diplomática del Ecuador reabrió sus puertas. El canciller José Valencia fue el encargado de declararla nuevamente en funcionamiento la mañana de hoy, viernes 29 de noviembre del 2019.
La Academia Diplomática está adscrita a la Cancillería, según los establece el Decreto Ejecutivo 625 de diciembre del 2018.
Según Valencia, su reapertura tiene como objetivo la formación de un servicio exterior profesional. Se preparará al personal en ciencias internacionales, prácticas diplomáticas, consulares y en un “profundo conocimiento del país”.
El próximo año, dijo el Canciller, se lanzará un concurso de méritos y oposición para seleccionar a 25 postulantes para formarse en servicio exterior. A este concurso podrán postularse candidatos de todo el país.
“El curso de terceros secretarios durará dos años y dará paso a una carrera que está abierta a personas interesadas de todos los puntos del país”, dijo Valencia.
En la Academia también se impulsarán la investigación en áreas de las ciencias internacionales que serán divulgados por la revista institucional y otras publicaciones.
En el acto de inauguración hubo una fuerte crítica al manejo de la diplomacia durante el Gobierno de Correa. Alejandro Suárez, director de la Academia Diplomática, dijo que entre el 2007 y el 2017, “el servicio diplomático enfrentó situaciones difíciles”. El funcionario aseguró que se “sustituyó al equipo profesional con cuadros al servicio de intereses ideológicos y de coyuntura, más que a objetivos permanentes”.
Se refirió también a quienes ocuparon los puestos de canciller en esa época. “Se llegó al extremo de designar para las más altas funciones a aventureros extranjeros quienes diseñaron la política exterior en función de propósitos que nada tenía que ver con los auténticos motivos de desarrollo del Ecuador”, dijo Suárez.