¿Cuándo se acaba el reggaetón?

Unos días atrás quedé muy sorprendido: un amigo que, por años ha trabajado en un programa teen de radio, en el que solo suena música reggaetonera, me confesó que estaba hastiado del perreo, las cadenas, la estética chori–street y las gorras de baseball onda NYC, más ahora que nadie va a NYC. "En realidad - me dijo mi amigo- estoy cansado de la pendejería".

Extrañamente, unos días después una compañera  me confesó que había ido a una fiesta en la que el maldito DJ sólo ponía reggaetón. Y, cuando le pidió que pusiera algo que no fuera reggaetón, hizo lo que siempre hacen los malditos DJ: la mandó al carajo. La pregunta, entonces, es más que válida: ¿cuánto rato más le queda al reggaetón? ¿No será mucho? ¿O es que acaso el reggaetón llegó para quedarse y, en el fondo, es la música clásica del siglo XXI?Ahora bien, el punto es que claramente hay signos de que la  fiebre sí podría estar en retirada: basta escuchar a Dandy Yankee en ‘Pose’ para darse cuenta de que hay un sutil cambio.

¿Otra prueba? Bueno: ahí está el cambio de Ivy Queen ‘La Potra’  que rápidamente pasó del reggaetón más clásico a una música melosa, bien romanticona. ¿Un último signo? La evolución en la lírica de Calle 13, en la que incluso hay espacio para hablar mal de Don Francisco. Eso porque, claramente, ya no basta con versear sobre la banda, el auto y la AK47.

Tres cosas siempre jugaron en contra del reggaetón: ese ritmo monótono que rápidamente aburre, esa facilidad para denigrar a las mujeres, y esa oscura capacidad de sintonizar con el lado del marginado  que todos tenemos dentro.  A su favor, en cambio, esa extraordinaria capacidad de hacer mover el esqueleto, su ruda ironía (como sátira social) y, por último, esa fina sintonía con lo más profundo de ser latino.

Pero, bueno, finalmente la pregunta es si  ¿no será ya la hora del fin? Más ahora que todo indica que una buena parte de su público, antes fiel,  ha expresado la renuncia.

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