CAI (unidad de policía) en el Park Way, centrooriente de Bogotá, donde antes de incendiarlo escribieron las siglas A.C.A.B. Foto: EL TIEMPO / Néstor Gómez
Tras las violentas protestas de este miércoles, 9 de septiembre del 2020, por el abuso policial que causó la muerte del abogado Javier Ordóñez en Colombia, una sigla fue escrita por los manifestantes en varios de los CAI (Comando de Acción Inmediata) – una unidad policial ubicada en perímetros urbanos- que terminaron destruidos: A.C.A.B. Incluso, en los informes oficiales apareció.
Según el Ministro de Defensa de Colombia, Carlos Holmes Trujillo, una de las explicaciones de las protestas del miércoles 9 fue la convocatoria a través de redes sociales por grupos de Facebook de “un movimiento internacional denominado A.C.A.B.” Pero no fue el único con una referencia similar.
La congresista del Centro Democrático María Fernanda Cabal, aseguró que “entre los vándalos hay milicias urbanas de ACAB, Juventudes M19 y los Antifas “criollos”.
La razón por la que este trino causó críticas y hasta burlas es que la sigla A.C.A.B. no hace referencia a ninguna organización, sino que es una consigna que se ha instalado en la cultura popular en distintos países, pero desde los movimientos de contracultura.
De hecho, el ministro de Defensa Trujillo fue más preciso al explicar que es una expresión que “tiene un origen internacional”, pero insistió que se trataba de un “grupo” que utiliza redes sociales para “publicar imágenes desprestigiando a la Policía y pidiendo el desmonte del Esmad”.
Lo que la sigla significa es “All Cops Are Bastards”, lo que se traduce, de forma literal, al español como “Todos los policías son bastardos”.
La confusión no es nueva. En 2016 comenzaron a aparecer frente a estaciones de Policía pancartas con esta sigla. El entonces director de la institución, general Jorge Nieto, dijo a Caracol Radio que debían “verificar si es un riesgo para la seguridad”, como también lo registró el portal Vice.
Lo cierto es que A.C.A.B. es una expresión de origen británico. En Reino Unido, donde nacieron y crecieron importantes corrientes culturales antisistema, se hicieron comunes expresiones de rechazo a toda forma de autoridad, incluida la policía. Varias bandas de ese género usaron la expresión en sus canciones.
También movimientos como los hooligans –barras bravas de fútbol británico– se apropiaron de la expresión que fue descrita por primera vez en un diario a finales de los años 70, aunque se ha rastreado su origen hasta los años 20, cuando era usado en la jerga de delincuentes británicos.
Pero ha sido sobre todo a partir de prácticas callejeras como el grafiti que se ha difundido, como se vio también este miércoles en Bogotá.
Incluso, como reseña Vice, hay un código numérico para esconderlo, que utiliza sus posiciones en el abecedario: 1312. Por este número, los 13 de diciembre suele multiplicarse en redes sociales el uso de A.C.A.B.
La expresión no se quedó limitada al mundo anglosajón. Aunque América Latina ha tenido sus propias jergas contraculturales, en la era de la información no es extraño que se homogeneicen algunos mensajes. Es así que, en las protestas de Chile en 2019, A.C.A.B. también apareció pintado.
Aunque en algunos países la expresión se ha prohibido, y las autoridades colombianas han sugerido que se trata de una incitación a la violencia contra funcionarios públicos, en la cultura popular el uso de la expresión A.C.A.B. es más una forma de expresar una opinión –como cuando pintan la A de ‘Anarquía’, o cuando una barra de fútbol escribe siglas sobre su equipo– que una amenaza directa o un movimiento político organizado.