Abuelita Rebeca

Nelson Maldonado

Leí, con interés y placer, su carta, dirigida a nuestro común amigo, EL COMERCIO.

Lo recibo, también, con expectativa. Lo leo, lo reviso, lo vuelvo a leer. Recorto algunos de sus artículos y los leo en mi programa radial. Opinamos sobre ellos con los radioyentes.
Artículos de opinión, editoriales, sean económicos, culturales y, de manera especial, las Cartas a la Dirección.

Es en esta sección  donde nos citamos los ecuatorianos, cafecito por medio, a opinar desde nuestro particular y muy personal punto de vista.

Coincidimos, a veces. Disentimos, en otras. Pero siempre opinamos, porque, a Dios gracias, EL COMERCIO nos permite hacerlo.

El periódico  o la radio  no hacen las noticias. Las divulgan, las comentan también. Y sus articulistas las desmenuzan, las analizan y les adjudican el valor que, en su concepto, tienen.
EL COMERCIO no hace el proyecto Coca-Codo Sinclair. Pero informa lo acontecido con la empresa argentina Enarsa, que resultó un fiasco; o informa en detalle lo acontecido con la empresa china con la cual tampoco se cristalizó el tan publicitado proyecto.

¿Es esa una noticia negativa? No. Es solamente una noticia.

Lo negativo está en no saber, o en no poder llevar adelante un proyecto vital para el país.

Y así, como   esta noticia, decenas de otras, como los apagones, que no los causó la prensa.

Solo anuncia, con profunda pena y decepción, sobre ellos. Y comenta, sí, acerca de las innumerables e irrecuperables pérdidas que arroja, especialmente en la gente de pocos recursos, que no tiene para adquirir una planta eléctrica.

Alejandro Carrión no está más. Su estilo desenfadado recreaba situaciones reales que él las contaba como anécdotas. Casi siempre con humor. A veces con humor negro, pero humor al fin. Imagínese, abuelita Rebeca, si Alejandro estuviera aún escribiendo, qué opinaría sobre los aciertos y desaciertos de un Gobierno que Ud.  cuenta que no es de su agrado.

Escribamos nosotros buenas noticias. Opinemos nosotros, los lectores, con alegría. Propongamos nosotros, los lectores, temas positivos para la sociedad. Exijamos respeto a las autoridades; aportemos civismo, trabajo y comportamiento ético y responsable desde cualquier espacio donde nos encontremos.

A Ud, abuelita Rebeca, a todos los quiteños y ecuatorianos, un Feliz Año.

Al periódico EL COMERCIO,  a sus directivos, columnistas y lectores, mis felicitaciones. Somos demócratas convencidos.

Y es ese el mayor valor en las actuales circunstancias.

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