Una tarima se colocó en el Suburbio, en la calle 24 y Francisco Segura para recibir al expresidente Abdalá Bucaram Ortiz. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO.
El expresidente Abdalá Bucaram y sus seguidores repitieron el libreto del 2005. Organizaron una caravana de recibimiento, montaron una tarima, invitaron artistas y colocaron a Bucaram como protagonista.
El escenario: el suburbio de Guayaquil. Fue su bastión cuando el extinto Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) pasaba su mejor momento, al finalizar la década de los 90. Ayer (17 de junio de 2017) por la tarde se reencontró con sus viejas bases y también con las nuevas generaciones que no vivieron su paso por la política.
Conocen parcialmente de él a través de las redes sociales. Los videos donde se lo escucha cantando o bailando en la tarima. Sus discursos efusivos, coloquiales.
Bucaram fue presidente del Ecuador entre agosto de 1996 y febrero de 1997. Fue derrocado tras una serie de multitudinarias movilizaciones que tuvieron como epicentro la ciudad de Quito.
En su discurso de posesión, Abdalá Bucaram Ortiz ofreció combatir la corrupción. Pero tras su mandato enfrentó una causa por peculado. Y se lo señaló por un presunto sobreprecio en la contratación del programa denominado Mochila Escolar.
El 20 de abril del 2017, la Corte Nacional de Justicia declaró prescrito ese proceso y dio vía libre a su retorno.
Algo similar ocurrió con otro juicio que se abrió y que también fue por supuesto abuso de fondos públicos. El expresidente fue señalado por la Fiscalía, luego de que se determinara que 11 000 millones de sucres del Banco Central se esfumaron.
Nunca se pudieron ejecutar las sentencias en ambos juicios. Él fue condenado a 10 años de cárcel, en cada juicio. Durante 20 años estuvo en Panamá con asilo. Eso bloqueó la posibilidad de que responda por las condenas. También fue señalado de nepotismo por haber nombrado a su hermano Adolfo como ministro de Estado y a su hijo, Jacobo, a cargo de la dirección de la Aduana.
Hace 12 años, cuando llegó al Ecuador por primera vez, su amigo y coideario, Guillermo Castro Dáger, anuló los juicios en su contra. Entonces, Castro Dáger era titular de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). En días pasados comentó que no se cumplió con los requisitos constitucionales de procedibilidad.
Las figuras de la vieja guardia del roldosismo niegan que Bucaram haya llegado al país evadiendo a la justicia. Su exministro, Víctor Hugo Sicouret, recordó que el Congreso lo destituyó bajo la figura de incapacidad mental.
Y que fueron determinantes personalidades de la oposición como el entonces dos veces candidato presidencial, Jaime Nebot; el comandante de las Fuerzas Armadas, Paco Moncayo; y los ex presidentes Rodrigo Borja y Oswaldo Hurtado.
Moncayo recordó que en el 2010 envió una carta a Abdalá Bucaram Pulley (hijo), cuando ocupaba una curul en la Asamblea Nacional. Según Monacayo, le recomendaron a Bucaram dejar el palacio presidencial para evitar un derramamiento de sangre de los ciudadanos y que una operación de las FF.AA. le permitió salir ileso hacia Guayaquil.
En su primer retorno, al igual que ayer, los roldosistas se organizaron para recibirlo y montar un mitin. Su imagen se colocó en banderas, pancartas, paredes. Y se trató de vender a la población y a los medios de comunicación, la figura de un líder cercano a las bases populares.
En 2005 ofreció ser candidato a la Presidencia. Ahora, a sus 65 años, dice que podría ser Prefecto o Alcalde de Guayaquil, en las elecciones del 19 de febrero. Aunque ya no por el PRE, sino por Fuerza Ecuador (FE), de su hijo Abdalá Bucaram Pulley.
Él fue candidato a la Presidencia en las elecciones pasadas. Obtuvo el 4,82% de la votación nacional, en la primera vuelta electoral.
Bucaram Pulley confía en que el retorno de su padre fortalezca a FE. Como parte de la reestructuración de FE, en julio –tentativamente- se hará la renovación de las 24 directivas.