Accidentes de tránsito a diario, cuyos principales protagonistas son los autocalificados choferes profesionales. Autoridades indolentes que durante estos años de gobierno de Correa han hecho prácticamente nada. Ciertos policías propensos al dinero ganado por su silencio asesino.
La solución propuesta por los funcionarios no es mejorar el nivel ético y moral de los policías y conductores; tampoco ejercer un control en las vías.
La respuesta policíaca es maltratar a los choferes con su actitud y prepotencia, haciendo valer un uniforme venido a menos, y no hacer gala de cultura o conocimientos. El gobernante cree que todo se soluciona con bonos, bravuconadas, prisión y con reformas legales.
Eso es lo que precisamente se encuentra en las reformas a la Ley de Tránsito (Registro Oficial de marzo 29 de 2011): la solución es la prisión (política aplicada por gobernantes de facto, y cierto dictador-economista que no acepta que no todo el mundo le debe rendir pleitesía).
En agosto de 2008 se expidió la Ley de Tránsito en la que se detallaron una serie de conductas a ser consideradas delitos, y por tanto, los infractores a prisión. Ejemplos: conducir en estado de embriaguez, o bajo efectos de sustancias estupefacientes o psicotrópicas.
También al tacho el conductor que ocasionare la muerte de una o más personas; o aquel contratista que al ejecutar obras en las vías, ocasiona un accidente de tránsito del que resulten fallecidos. O el chofer que se duerme mientras maneja, y mata personas.
Creo que la prisión para esos conductores es correcta, lástima que depende del policía que levanta el parte del accidente, o de la cooperativa de transporte, para aplicar las sanciones previstas en la ley. Ahora luego de estos años de gobierno de Alianza País, crean delitos cuya sanción es prisión: el conductor profesional que lleve exceso de pasajeros en su unidad. Aquel chofer profesional cuyo vehículo tenga “llantas lisas o daños mecánicos previsibles”, ¿cuántas muertes para darse cuenta de algo tan obvio para las autoridades de tránsito?
También a la cárcel aquellos que conduzcan sin haber obtenido la licencia, o el “que faltare de obra a la autoridad o agente de tránsito”. El respeto se lo gana con comportamiento, no con la imposición de la fuerza bruta.
A prisión también el conductor de cualquier vehículo, aun cuando no sea a motor (art. 126). Por lo que los ciclistas, los de patineta y triciclo, e inclusive los que vayan en silla de ruedas, pueden ser detenidos si causan un accidente de tránsito. ¡A cuidarse el “Moreno” que va a la “Vera” del camino!
El gobernante insulta, denigra, persigue, expulsa del país, o envía a la cárcel, lo que se evidencia en estas reformas legales.
Se implanta la política del terror en el quehacer diario. ¡Vaya futuro!