Redacción Cuenca
Pinceles, acuarelas y pintura extraída de una piedra son parte de las herramientas que emplean 60 profesores de 40 escuelas fiscales de Azuay. Ellos conforman el taller de enseñanza de Arte Coreano.
Las capacitaciones empezaron el pasado 1 de marzo, tres veces a la semana en las instalaciones de la Bienal de Cuenca.Es un proceso entre la Subsecretaría del Azuay, la Dirección de Educación, el Gobierno de Corea, a través de su agencia de cooperación Koica y la Bienal.Sebastián Endara, coordinador de la capacitación por la Bienal de Cuenca, dice que los talleres se desarrollan en tres grupos, en la mañana y en la tarde, los cuales durarán seis meses y no tienen costo para los participantes y entidades. Puesto que Koica colabora con la maestra y los materiales, con el propósito de desarrollar un intercambio cultural entre los dos países.Según Endara, estos talleres de Arte Coreano buscan vincular con el arte a los docentes y estudiantes a la próxima Bienal que será en el 2011. Jeongseop Jeong es la maestra encargada de enseñar la técnica de pintura. Ella desea aprovechar la habilidad de los profesores, quienes, a su vez, despierten la creatividad de los niños y les ayuden al aprendizaje de sus actividades escolares.Desde hace cuatro meses, Jeong está en Cuenca para aprender el idioma. Dice que en los seis meses del curso les enseñará tres técnicas: Degradado, origami y pintura coreana. Ruth Zambrano lleva 27 años como maestra y ahora está en la escuela Hipólito Mora de Checa. Mientras pinta unos pescados en diferentes tonos, explica que los trabajos de dibujo en las aulas solo lo hacía con lápiz o acuarelas. Ella cree que es novedosa la técnica de raspar la piedra con agua y extraer la pintura. Además, estas capacitaciones le ayudarán para desarrollar las destrezas de sus alumnos en el aprendizaje. Peter Bravo, maestro de la escuela Ciudad de Cuenca, ya aprendió cómo obtener los degradados en los colores. Dice que este taller servirá para que sus estudiantes puedan expresar sus ideas y plasmen a través del arte. “He vuelto a sentirme como una alumna”, revela Piedad Durán, profesora de la escuela Manuela Cañizares, quien con cuidado colorea peces. Ella, mediante esta capacitación, se desestresa y asegura que contribuirá para conocer el desarrollo de los niños y los avances de su creatividad, responsabilidad y aptitudes. En agosto, cuando acabe el taller, harán una exposición. Ellas expresan su optimismo y dedicación.