Redacción Guayaquil
Aún adolorido, el pequeño Héctor descansa en los brazos de su mamá. Sus ojos están fijos en la sonda que guinda de su mano izquierda. Desde el 1 de enero, el pequeño permanece internado en la sala Medicina II, del hospital Francisco de Ycaza, en Guayaquil.
Él, sus hermanos y sus padres son parte de las 353 personas que sufrieron los estragos de una intoxicación por comer carne de cerdo en la parroquia Tenguel. “Fuimos a una fiesta por fin de año en la Hacienda La Buseta. Comimos fritada y parece que la carne no estaba en buen estado”, dice Patricia Naranjo, madre de Héctor.
Su rostro no solo muestra el cansancio por los desvelos en el hospital, sino también su estado de salud. “Todos caímos con vómito y diarrea. A los más pequeños les dio fiebre y nos preocupamos”.
Los primeros enfermos buscaron ayuda desde el viernes en el hospital San Francisco de Tenguel. Desde las 15:00, el área de emergencias comenzó a llenarse. Según Ruth Quintero, directora del centro médico, la cifra de infectados es mayor. “Hasta el domingo, atendimos a 426 personas. Todos presentaban los mismos síntomas: vómito, diarrea y dolor de estómago”, comenta.
Sin embargo, el director provincial de Salud de Guayas, Eduardo Verdesoto, asegura que hasta ahora se ha confirmado que 353 personas resultaron afectadas.
De ese total, 103 fueron trasladadas a otros hospitales debido a la falta de espacio. Algunos fueron remitidos a centros de salud de Pasaje y El Guabo, en El Oro. Tres mujeres embarazadas permanecen internadas en la maternidad Enrique Sotomayor, de Guayaquil, y 43 niños (de entre 3 y 14 años), fueron trasladados al Francisco de Ycaza Bustamante.
Jéssica Macías viajó dos horas para llegar con sus tres niños hasta Guayaquil. En el pabellón Medicina I los hermanos Macías Barco se recuperan. Los sueros sobresalen en sus camas.
El semblante de Frixon, de 2 años, mejoró la mañana ayer. En tanto que Michael (9 años) y Nayelly (5 años) recién toman fuerza para levantarse. “Tenemos aquí cuatro días. Estaban decaídos, con fiebre y dolor de estómago. Les dieron antibióticos y están mejorando”, cuenta la madre.
Mientras la mujer va a la farmacia en busca de más medicinas, su suegro, Evaristo Barco, cuida a los pequeños. Su hijo, Xavier Barco, también está internado en el Hospital de Infectología.
“Dicen que esos cerdos recién estaban vacunados contra la triquina. Eso les hizo daño, el irresponsable que los vendió debe saber que solo se pueden vender después de un tiempo de la vacuna”, reclama Barco.
Pero el director de Salud de Guayas descarta que esa haya sido la causa. Según Verdesoto, la carne habría estado descompuesta por la mala conservación del animal después de faenado.
El pediatra Carlos Valenzuela, del área de Toxicología del Hospital del Niño, afirma que por ahora se están realizando pruebas para determinar la causa. Hasta ahora, 17 niños han recibido el alta. El resto continúa en observación por su estado de deshidratación.