324 barrenderos limpian las plazas, paradas y calles

Patricia Torres trabaja en la recolección de basura en el barrio de La Magdalena. Armando prado / EL COMERCIO

Patricia Torres trabaja en la recolección de basura en el barrio de La Magdalena. Armando prado / EL COMERCIO

Patricia Torres trabaja en la recolección de basura en el barrio de La Magdalena. Armando prado / EL COMERCIO

Son los encargados de recoger la basura de los lugares en los que no debería haber. En las aceras, la calzada o en los alrededores de los contenedores y las papeleras hay envolturas, papeles y desechos de comida que diariamente son recogidos por los barrenderos.

La jornada se inicia muy temprano. El turno diario arranca a las 06:00. En la Administración Zonal Eloy Alfaro, sur de Quito, trabajan 40 barrenderos. Una de ellos es Patricia Torres, empleada de Emaseo desde hace siete años.

Torres tiene asignada la ruta del barrio La Magdalena. Allí, ella ha recogido de todo. El lunes de la semana pasada, por ejemplo, tuvo que levantar el cuerpo de un perro que murió atropellado en ese sector.

“Estaba lleno de sangre. Lo levanté y tuve que dejarlo al lado de un contenedor. Llamé a mi supervisor para que enviara un vehículo que recoge a los animalitos”, cuenta.

No es lo más difícil que ha enfrentado. A diario, en la plaza de La Magdalena, frente a la iglesia, encuentra a indigentes que han hecho de ese lugar su refugio. “A veces me toca limpiar hasta sus desechos”, comenta mientras frunce el ceño en señal de molestia.

En Quito, 324 personas se dedican a este oficio. Para su labor cotidiana se distribuyen en siete cuadrillas y tienen dos centros operativos, desde los cuales se planifican las 30 rutas diarias. Según Emaseo, hay 23 rutas matutinas y otras siete vespertinas.

En la plaza de La Magdalena, Torres hace pequeños montícu­los con las hojas secas, los papeles y las envolturas de ‘snacks’ recogidas. Limpiar toda la plaza le toma, al menos, 45 minutos. El trabajo en ese punto de la ciudad lo hace sola.

Paúl Moya, supervisor de Emaseo en la Administración Zonal Eloy Alfaro, dice que en general cada barrendero tiene una ruta asignada. Para los sectores más grandes o barrios más poblados se asignan hasta dos. En promedio, en una jornada laboral de 06:00 a 13:00 cada uno cubre 2,5 kilómetros.

La función de los obreros de barrido, como los llama Emaseo, es limpiar las zonas en donde los residuos se encuentran dispersos y no han sido colocados en fundas.

En la plaza en donde trabaja Torres hay cuatro contenedores y, al menos, ocho papeleras. Pese a eso, los desperdicios están en el césped y en los caminos de cemento de ese espacio público. Miguel Reinoso trabaja en ese sector de La Magdalena y dice que todos los días hay basura desperdigada.

Para Reinoso, lo que hace falta es una cultura de aseo entre los ciudadanos. “Los barrenderos pasan todas las mañanas por aquí. Limpian, pero por ejemplo después de la salida de los colegios, la plaza de nuevo termina sucia”.

En la avenida Colón, entre la av. 6 de Diciembre y 10 de Agosto, en el norte de Quito, las colillas de cigarrillos, papeles y fundas son lo que más se encuentra en el suelo. Eso ocurrió la mañana del viernes 5 de octubre.

En ese tramo de vía hay contenedores y pocas papeleras. La falta de mobiliario para depositar la basura, según Evelyn Chicaiza, es motivo para que la basura termine en el piso. “A veces botamos los desechos y no caminamos hasta la papelera más cercana. Por mi parte, yo la guardo en una funda hasta llegar a mi casa”.

La labor de los barrenderos, según Emaseo, es necesaria en las paradas de buses, vías principales y de alto comercio; además de las plazas y parques. ¿La razón? En esos puntos hay un fuerte flujo de transporte público y de personas.

Pese a que la entidad realiza campañas para que la gente deposite los desperdicios en lugares como los paradas de buses, en las nuevas estaciones instaladas por el Municipio no existe ninguna papelera. Eso lo constató este Diario en un ­recorrido a lo largo de la avenida Colón. En La Mariscal, al que pertenece ese tramo de la Colón, trabajan diariamente 21 barrenderos.

Al día, mediante el barrido manual Emaseo recolecta un aproximado de 0,09 toneladas de basura. Los desechos más comunes son plásticos, papel, envolturas de comida y colillas y cajetillas de cigarrillos.

Luego de 7 horas de trabajo, con escoba y pala en mano, Patricia Torres deposita en una funda los desechos que apiló por toda la plaza de La Magdalena. “Más tarde estará sucio de nuevo. Creo que sí hace falta más educación de la gente”.

Suplementos digitales