Están sentados, esperando en las bancas afuera del centro comercial Caracol, en Quito. Jesús V. y un amigo hablan en voz alta, con un dialecto caribeño inconfundible: son cubanos. Luego de 15 minutos, una mujer trigueña se les acerca. Recibe indicaciones y cruza al otro lado de la av. Amazonas, ahí un hombre la espera y le entrega dinero.
En detalle
Los negocios de los cubanos son diversos, una buena parte se dedica a los servicios: construcción, peluquerías, comida rápida y otros abren negocios para vender ropa, generalmente.
Pero, además de los matrimonios, otra manera de obtener la ciudadanía es tener un hijo ecuatoriano. Esa alternativa es vital para los isleños, sobre todos para las mujeres que llegan de la isla.
10 minutos después llega una joven y se reúne con la mujer trigueña. Ambas se dirigen al Registro Civil, en la av. Naciones Unidas. El hombre que antes entregó el efectivo ingresa al área de matrimonios.
“Llegué de Cuba y me casé a los cuatro días con una ecuatoriana, fue la manera más fácil de obtener la doble nacionalidad”, reconoce Jesús V., quien obtuvo la cédula de ciudadanía ecuatoriana el 29 de agosto de 2009.
El cubano, de 44 años, cuenta que ahora puede emitir al año tres cartas de invitación a sus compatriotas.
De eso vivirá en los próximos meses. Él ofrece USD 600 a cualquiera que se preste para invitar formalmente a tres de sus coterráneos.
“Solo necesito que me ayuden con su nombre porque las cuentas de banco las consigo yo”, dice Jesús. El barrio La Florida, al norte de Quito, se ha convertido en la colonia más representativa de los cubanos. “Es Cuba en pequeño”, dicen los vecinos del sector.
Ahí también vive Carlos Triana, quien llegó en diciembre de 2008. “No podemos salir libremente de Cuba porque el Régimen no nos deja”.
Triana tiene el carné de refugiado. Trabajó en el Ministerio del Interior en Cuba, pero lo despidieron. Vino a Ecuador porque “es el único país en donde no me exigen visa”, dice. Aunque la Ley les faculta quedarse solo por tres meses, la mayoría busca la doble nacionalidad para entrar y salir de Cuba y traer a la familia. Para venir, Triana pagó USD2 000 a otros cubanos para que le ayudaran.
En la isla trabajaba como chef en tres restaurantes, 19 horas al día, y ganaba apenas 200 pesos (USD 20). No quiso revelar cómo obtuvo los USD 2 000, solo admitió que su salida de la isla le tomó cuatro meses.
Un nuevo requisito
Debido al explosivo aumento de matrimonios arreglados, el 4 de junio pasado la Dirección del Registro Civil emitió la resolución 003 A y dispuso un requisito más para este trámite: permanecer en el país un mínimo de 75 días (casi tres meses), en lo que va del año se registraron 1 542.
Al respecto, el canciller Fander Falconí dijo que no permitirá actos ilegales. “Enviamos dos oficios a la Policía y la Fiscalía para que investiguen, pero no hemos sabido nada aún”. Además, precisó que están en marcha diálogos con las autoridades cubanas para que se establezcan filtros.
Según el director de la Policía Judicial, Claudio Guerra, la investigación sobre las mafias de cubanos que arreglan matrimonios está en manos de la Unidad contra el Crimen Organizado. En la página web del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba se puede acceder al trámite para conseguir el Permiso de Residencia en el Exterior (PRE).
Los requisitos son: “Haber contraído matrimonio con un ciudadano extranjero y mantener una conducta moral y social acorde a las normas de convivencia (…)”
Hay un fuerte nexo político
El vicecanciller Lautaro Pozo reconoce que además de las relaciones diplomáticas se fortalecieron las relaciones políticas entre Cuba y Ecuador. “Estas se manifiestan coordinando posiciones en la Unasur y en la Alba”. El presidente Correa viajó dos veces este año y Raúl Castro fue a su posesión. Pero la amistad también se refleja en la llegada de delegaciones médicas: 174 galenos arribaron en dos vuelos, el 8 de septiembre, para trabajar con las personas con discapacidad.