Un desconocido ayudó ayer a Sandra Martínez a cruzar la av. Maldonado, en el sector de San Bartolo, en el sur. La mujer, de 24 años, tenía en sus brazos un niño de 6 meses y una maleta con ropa y pañales.
Trató de utilizar el paso cebra de la calle Pusir, pero el semáforo que está en el lugar la confundió. Su luz no cambiaba a rojo y permanecía con la luz amarilla intermitente. “Ningún vehículo quería permitirme el paso”, reclamó la joven. Martínez afirmó que no sabe por qué cambiaron el funcionamiento los semáforos.
El art. 344 del reglamento de la Ley de Tránsito establece que el semáforo en luz amarilla entrecortada habilita al conductor a cruzar “con las debidas precauciones”. La normativa se aplica también para los transeúntes.
Según la Policía, sirve para agilitar el tránsito vehicular, aunque dos conductores dicen que el objetivo no siempre se cumple. “Funciona cuando se va por una vía principal, pero si se circula por una calle secundaria o intersección las cosas cambian”, dice el taxista Marlon Estrella.
El conductor señala que los carros que van por la avenida tienen preferencia y no permiten el cruce de peatones o de los autos que van por las intersecciones.
Cristian Lovando, chofer particular, en cambio afirma que en las horas pico, la luz amarilla intermitente complica a los conductores. “Hay esquinas donde no se puede ver si hay vehículos cruzando por la avenida principal y como ambos semáforos están intermitentes no se sabe en qué momento salir”.
En dos cuadras de la av. Maldonado. Entre las calles Pueblo Viejo y Pusir, hay 24 semáforos. Todos mostraban ayer por la mañana la luz amarilla entrecortada. Esto ocurre desde el sábado.
Según Sergio Núñez, empleado de la gasolinera Petrocóndor, que funciona en el sector, no hubo mayores inconvenientes de tránsito porque hubo poca afluencia vehicular. Pero sostiene que en otras ocasiones, el mal funcionamiento de los semáforos genera caos. “A veces se apagan solos por la mañana y los choferes no saben qué hacer. Por las noches, cuando hay más carros transitando, se arman unas filas interminables”.
Para reducir el riesgo de accidentes se colocó un puente peatonal en la avenida Maldonado y Pusir. Está a una cuadra de donde Sandra Martínez trató de cruzar la avenida. Ella sostiene que no lo utilizó porque hacía demasiado calor y quería llegar pronto a su domicilio.