La conmemoración del bicentenario del Primer Grito de la Independencia ecuatoriana tuvo por supuesto en Quito numerosos actos solemnes de celebración, pero si alguna evocación muy encomiable hubo fuera de las fronteras nacionales, esta se llevó a cabo en la capital de República Dominicana, aparte y excluyendo el coincidente homenaje póstumo a Benjamín Carrión en México.
Nuestra Embajada en Santo Domingo, encabezada por el embajador Carlos Manrique, eficazmente secundado por el consejero y cónsul, Eduardo Durán-Cousín, organizó una muestra pictórica sobre el procerato de la independencia, una conferencia alusiva al 10 de Agosto de 1809, un concierto de música ecuatoriana (sinfónica y popular), la circulación masiva de un ensayo del historiador Juan Paz y Miño acerca de la gesta libertaria, así como un coctel recordatorio de la fecha para inteligenciar a las altas autoridades dominicanas del porqué Ecuador fue pionero en la emancipación iberoamericana.
Los diplomáticos ecuatorianos, especialmente de carrera, casi siempre han sido muy eficientes por su profesionalismo, experiencia y práctica en las relaciones internacionales, ejemplo de ello es la patriótica tarea de nuestra Embajada en Santo Domingo con motivo del bicentenario.
Según la prensa dominicana, el consejero y cónsul Durán-Cousín motivó al retratista imbabureño, Jaime Obando, que cultiva su arte en Nueva York, para que pintara 24 óleos de los emancipadores ibero y luso americanos, cuya exposición se abrió en el Mueso de las Casas Reales de Santo Domingo y que desde este mes de septiembre recorrerá, bajo auspicios del Ecuador, la mayoría de capitales de los países sudamericanos, centroamericanos y del Caribe.
En el Palacio de Bellas Artes tuvo lugar el concierto de gala en el que la orquesta Camerata del Caribe, bajo la batuta del maestro Julio de Windt, interpretó melodías del pentagrama de autores ecuatorianos, seleccionados por su repertorio clásico y folclórico representativo de las cuatro regiones de nuestra patria.
Al día siguiente, la Academia Nacional de Historia acogió, en su Aula Magna, una disertación magistral del historiador Frank Moya Pons sobre el impacto de la Revolución Quiteña en los posteriores movimientos de manumisión en el continente americano, evento transmitido por televisión y radio internacionales.
La gestión del servicio exterior ecuatoriano, con funcionarios de carrera desligados de compromisos ideológicos y partidistas, debe actuar en defensa exclusiva del interés nacional, una de cuyas facetas es el diseño de la imagen de un estado amante de la paz, la cultura y la cooperación bilaterales y multilaterales con otras naciones.
La difusión de nuestro glorioso pasado, pleno de héroes y heroínas que murieron por la libertad, complementa estos supremos objetivos diplomáticos.