El año empezó con festejos en Europa, al poner en circulación la nueva moneda que además de unificar varias regiones, compite con el dólar. El 1 de enero de 1999 se reunieron más de 10 000 personas en el lujoso centro bancario de Fráncfort, en Alemania, para dar paso a la nueva era monetaria.
Nueva unidad monetaria
La Unión Económica y Monetaria (UEM) es la zona con una moneda única dentro del mercado único de la Unión Europea. Conforma el marco para el crecimiento y la estabilidad económicos y la sustenta un banco central independiente y las obligaciones jurídicas impuestas a los Estados miembros. Puesto que los intercambios comerciales entre los Estados miembros de la UE alcanzan el 60% de su comercio total, la UEM es el complemento natural del mercado único. Este mercado funciona con mayor eficacia y desarrolla plenamente sus efectos beneficiosos gracias a la eliminación de los elevados costes de transacción, generados por la conversión de las moneda y las incertidumbres asociadas.La Unión Económica y Monetaria (UEM) es una necesidad económica como complemento natural del mercado único europeo, que consiste en la libre circulación de personas, mercancías, servicios y capitales en la Unión Europea.
El objetivo del euro es eliminar los elevados costes de transacción generados por la conversión de monedas y las incertidumbres relacionadas con la inestabilidad de los tipos de cambio.
Un mercado único más eficaz contribuirá a impulsar el crecimiento y el empleo, mientras que el euro consolidará la estabilidad monetaria internacional. Gracias a una comparación de precios más sencilla, las empresas serán más competitivas y sus precios estables y, en algunos casos, más bajos para los consumidores.
En general, la moneda única reforzará la unidad europea y constituirá un factor de estabilidad, paz y prosperidad. Se supone que el euro se basará en dos conceptos principales: la coordinación de las políticas económicas y una institución monetaria independiente, el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC).
El SEBC englobará a los bancos centrales de los Estados miembros y al Banco Central Europeo (BCE). Al ser el SEBC independiente, no puede recibir instrucciones por parte de los Estados miembros ni de las instituciones europeas.
Con una moneda única, el mercado único funcionará mejor, gracias a la eliminación de los costes de transacción generados por la conversión de monedas, a la desaparición de las variaciones de los tipos de cambio que perturban el comercio y las inversiones y a la transparencia de los precios en euros. Se supone que esta moneda será la competencia del dólar.