19 proyectos eléctricos, a paso lento

Redacción Negocios

El potencial energético hidroeléctrico del país supera ampliamente la demanda actual y la proyectada para los próximos 15 años.

El Consejo Nacional de Electricidad (Conelec) mantiene en su dirección electrónica un catastro de 226 proyectos  que suman  una potencia   de 11 818 MW, cuando la potencia energética instalada que cubre la demanda actual es de 3 768 MW. Para su ejecución  se requiere una inversión de al menos USD 15 989 millones.

De este grupo, el Gobierno ha tomado 19 proyectos como prioritarios para actualizar sus estudios de factibilidad y lanzarlos a licitación. Se calcula  que este nuevo contingente entre en  operación  hasta 2016, con una potencia total de 4 782 MW y una inversión de USD 7 056 millones.

Ello, con el fin de que el país sea energéticamente soberano y no tenga que depender de la interconexión con sus vecinos sino que llegue a vender sus excedentes.

De acuerdo con técnicos del Ministerio de Electricidad, estos proyectos se tomaron de un inventario que el antiguo Inecel (liquidado en 1999) había desarrollado desde mediados de la década de los setenta,  pero que nunca se concretaron.

Una muestra de ello es la central hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair, de la que se realizaron los estudios iniciales en 1992, y las centrales Mazar y Sopladora, complementarias de Paute, que permanecían en carpeta desde hace más de 30 años.

Sin embargo, la actualización de los estudios, los procesos de licitación y la terminación de una central hidroeléctrica implican plazos que van desde los cinco hasta los 10 años.

De los 19 proyectos, solo Mazar (iniciado en 2005) está en fase de terminación. Baba y Ocaña tienen avances de construcción; Sopladora y Toachi Pilatón están en proceso de licitación y Coca-Codo Sinclair está en  etapa de negociación de los contratos de construcción y equipamiento. Los 13 restantes están en estudios de factibilidad y diseños definitivos.

Pero en este plan no se contempla la generación térmica de respaldo que deben tener estos proyectos. Según  el ex ministro de Electricidad, Alecksey Mosquera, por cada megavatio producido a nivel hidroeléctrico, deben existir 0,66 megavatios  térmicos para afrontar eventualidades como disminución de caudales por el estiaje en las centrales o la restricción en la provisión de las interconexiones de los países vecinos, que actualmente han llevado al país a los apagones.

Al analizar los avances en materia térmica, solo están contemplados 600 MW, que se considerarán hasta 2011. Entre ellos, Machala Power, con 170 MW, Termoesmeraldas II con 150 MW, los 68 motores coreanos que llegarán de Cuba por 150 MW y el proyecto Shushufindi con 132 MW.

Adicionalmente, para la renovación de este tipo de centrales se debe tomar en cuenta la provisión de combustibles. Según Mosquera, se busca que las nuevas  termoeléctricas utilicen los residuos que actualmente produce la Refinería de Esmeraldas, como fuel oil, nafta o búnker,  en lugar de diésel o gas, que el país debe importar. Visto desde ese lado, este modelo podría tener problemas a futuro, en el caso de que entrara la nueva Refinería del Pacífico con otro tipo de residuos o se diera una reconversión de la misma Refinería de Esmeradas.

El ex ministro de Energía, Alberto Acosta, indicó ayer en Ecuadoradio que el país  deberá hacer enormes esfuerzos hasta que se concreten los proyectos hidroeléctricos. Por ello, explicó que, por crecimiento de la demanda. Ecuador debe generar por lo menos entre 100 MW y 150 MW adicionales anualmente con generación térmica o pequeños proyectos hidroeléctricos.

En ellos podría intervenir el sector privado. Sin embargo, su inversión ha sido mínima, según el ex presidente del Conelec, Alejandro Rivadeneira, “debido a las pocas garantías a nivel comercial y jurídico que existen en el país”.

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