Redacción Cuenca
Una palmera andina que está en las afueras de la vivienda de Margarita Velecela es parte de su vida. Tiene 85 años y aún recuerda que en su infancia ese árbol proveía de frutos y en su alrededor jugaba a las escondidas.
En voz baja cuenta que antes estaba dentro de su terreno, donde todavía tienen su casa de adobe. Esta contrasta con las modernas viviendas que hay en el barrio La Gloria, en el sur de Cuenca.
Durante su relato, recuerda que el asfaltado de las calles aledañas dejó esa especie vegetal casi en la vía Pedro Berroeta. “Lo quisieron botar cuando agrandaron la calle, pero yo no quise y los vecinos del barrio también se opusieron”.
Para protegerlo se construyó en su contorno un bordillo de cemento que sale de la acera a la calle. Ese es parte de los 17 árboles que, hace un año y medio, fueron declarados patrimonio por el Municipio de Cuenca, tras un concurso público.
Hace una semana, el Cabildo cuencano emitió una ordenanza en la cual se impide que estos árboles sean talados o podados. En los últimos 18 meses, la Comisión de Gestión Ambiental (CGA) del Cabildo monitoreó a las especies. Ahora, con la ordenanza en vigencia, ya existe una sanción a las personas que los poden.
Según Franklin Buchelli, director de CGA, son 10 salarios mínimos de multa para el infractor. “Pero no es que paga y listo. Debe restablecer el daño hecho, es decir, el perjuicio ambiental y patrimonial debe ser remediado”.
Al concurso fueron presentados 45 árboles, de los cuales se escogieron 17. Estos se sumaron a los seis árboles del parque Calderón y a los 60 que hay en las plazas y parques del Centro Histórico, que fueron integrados a la lista del Patrimonio hace 10 años.
Fueron inventariados para solicitar a la Unesco la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad al Centro Histórico de la capital azuaya.
Por ello, según Xavier Espinoza, director de Biodiversidad de la CGA, lo que se buscó es que la gente promueva un árbol, teniendo en cuenta la historia, edad, procedencia, ubicación…
Se calificó en las categorías Ornamental, Industrial, Frutal y Medicinal. La calificación fue hecha por un jurado formado por biólogos, agrónomos y algunos miembros de la CGA.
Espinoza comenta que en ese inventario no están todos los árboles patrimoniales. Muchos no fueron presentados por la ciudadanía y por eso se quedaron sin nominación. La palmera de Velecela ganó el primer lugar en la categoría de árbol frutal y obtuvo un premio de USD 2 000.
La reina claudia que está en el patio de la casa de Paúl Crespo no estuvo entre los nueve ganadores de las cuatro categorías del concurso. Sin embargo, la historia del árbol y el aporte ambiental fueron el aval para que ingresara entre los 17 del grupo patrimonial.
Él comenta que esa especie fue plantada por su abuelo luego de comprar el terreno de tres hectáreas, en 1902.
Luego plantó este frutal en el centro del patio y ahora está en medio de una espesa vegetación. En la copa de este árbol se ven nidos de pájaros que han hecho allí su vivienda. “Ese es el aporte valorado para la selección que se hizo”, aseguró Espinoza.