Redacción Sociedad
Las tortugas gigantes volvieron a casa a bordo de un helicóptero. 153 quelonios, de la especie Geochelone vicina, regresaron hasta Cinco Cerros, en el volcán Cerro Azul, en Isabela, su lugar de origen.
De las 153 tortugas, 31 fueron trasladadas desde el Centro Recreacional Campo Duro, ubicado en la parte alta de la isla, donde vivían desde 2004, año en el cual se las cedió a través del programa de apadrinamiento.
Las otras 122 tortugas permanecieron en cautiverio en el Centro de Crianza y Reproducción de Tortugas Gigantes Arnaldo Tupiza, de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), en Puerto Villamil.
Los animales que permanecían en estado seminatural en Campo Duro tienen entre 11 y 12 años de edad y pesan aproximadamente 80 libras.
Mientras que las tortugas que vivían en el centro de crianza tienen entre cinco y seis años de edad y pesan 8 libras aproximadamente, según la DPNG.
El traslado de estos reptiles por vía marítima o terrestre hubiera resultado muy dificultoso, por lo que fue necesaria la utilización de un helicóptero.
Antes de su repatriación, los 153 galápagos fueron sometidos a un proceso de cuarentena. En resumen cuidaron de su alimentación y les sometieron a varios análisis de sangre y de heces, para descartar la posibilidad de introducción de enfermedades a su hábitat natural. Así se confirmó que gozan de un buen estado de salud.
La Oficina Técnica Isabela de la DPNG realizará monitoreos para confirmar el normal desarrollo de las tortugas en su hábitat natural. Los tres centros de reproducción y crianza en cautiverio de tortugas gigantes de la DPNG han permitido recuperar poblaciones de especies vulnerables a la extinción.