Redacción Cultura
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Cuando los países de Sudamérica celebran, con alegría y fervor, sus Bicentenarios, ¿qué celebran exactamente?, ¿una fecha decisiva?, ¿el fin de una época?, ¿el principio de otra?, ¿el fin del pasado y la clave del presente?
¿Qué se ha sacado en limpio de estos largos 200 años? Una manera interesante de buscar respuestas es recorrer la muestra ‘Menos tiempo que lugar’, que está abierta en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito (antiguo Hospital Militar).
El enigmático título viene de un no menos misterioso verso del poeta Mario Benedetti, que dice: “Hay menos tiempo que lugar/ no obstante/ hay lugares que duran un minuto/ y para cierto tiempo no hay lugar”.
En esta propuesta se vertebra ese cruce complejo de espacios y tiempos que es América Latina, y, claro, su compleja historia.
Esta exposición de arte contemporáneo fue curada por el alemán Alfons Hug, quien, además, es el director del Instituto Goethe, de Río de Janeiro.
La provocación conceptual que Hug armó para la convocatoria es sencilla: explorar la independencia a través de los ecos que ese proceso tiene en la realidad actual de la región. Se trataba de jugar a representar aquel proceso mediante los recursos del arte contemporáneo.
La invitación se extendió a 14 artistas de América Latina y Europa cuya obra anterior, dijo Hug, resultaba interesante para la temática. Con ellos el curador habló, entre otros temas, de la muy famosa, y muy triste, Carta de Jamaica, escrita por Simón Bolívar en la temprana fecha de 1815. A partir de ahí, de la constatación de ese fracaso, se produjo una colección de obras en formatos como el video, la fotografía, la pintura, la instalación y el perfomance. Todas trabajaron bajo comisión directa de Hug y de su asistente curatorial, la chilena Paz Guevara.
Pablo Cardoso, uno de los artistas seleccionados, recuerda esa conversación como “una indagación en el proceso, contradictorio y lleno de incertidumbres de la Independencia”. En su caso le llevó a una pregunta más remota: “Quise saber dónde o cuándo había empezado todo. Y me topé con el proceso de Haití, el primer país conformado por esclavos”.
A más de Cardoso participan: Narda Alvarado (Bolivia), Alexander Apóstol (Venezuela), Claudia Aravena (Chile), Leticia El Halli Obeid (Argentina), Christine de la Garenne (Alemania), Fernando Gutiérrez (Perú), Juan Fernando Herrán (Colombia), Agata Madejska (Polonia), Bjørn Melhus (Noruega), Martín Sastre (Uruguay), Roland Stratmann (Alemania), y Mariana Vassileva (Bulgaria).
En la exposición de Quito también se ha montado un acto performático, creado por el dramaturgo Peky Andino Moscoso.
El Instituto Goethe piensa llevar la muestra a todos los países de América Latina luego de su presentación oficial, que será en el Palais de Glace, de Buenos Aires, en marzo de 2010.
La mayoría de los trabajos son videos que se identifican por una visión irónica y desacralizada de la historia. La difícil realidad latinoamericana es retratada con ingenio e ironía pues, como dice Hug, “si para los políticos y los científicos el fracaso puede ser algo fatal, los artistas siempre encuentran la forma de transformar la experiencia dolorosa en una nueva esperanza”.
Los ejemplos
El colombiano Juan Fernando Herrán elabora una serie fotográfica de casas y escalinatas, dispuestas en las formas más inverosímiles, de Medellín.
Leticia El Halli, de Argentina, elabora una transcripción de la Carta de Jamaica subida en un tren que atraviesa zonas empobrecidas de su país.
Fernando Gutiérrez quiso volver a escribir la historia de Chile y Perú. Ubicó al descendiente de un general del s. XIX y con él realizó performances por la Costa de Perú.