Redacción Negocios
Tras 10 años del cierre del Banco Popular, los acreedores del Fondo de Solidez tendrán sus ahorros. Este pago fue posible con la venta definitiva del campo petrolero Onado, principal activo de la entidad, a la estatal Petroecuador.
Desde ayer, el liquidador del banco, Antonio Buñay, estableció un cronograma alfabético para pagar las acreencias.
Quienes tienen apellidos que empiecen desde la A hasta la F recibirán sus cheques hasta el 13, en la Portugal E9-138 y av. República de El Salvador, norte de Quito.
Del 14 al 20 se entregarán los cheques de la letra G a la R, a partir del 21, de la S a la Z.
En el momento del cobro se deberá presentar el documento original de la acreencia y llenar un modelo de minuta del banco.
Si no es el titular de la acreencia, debe adjuntar un poder notarizado que le faculte realizar el cobro.
De los USD 23 millones que se adeudaban a unas 201 personas, Buñay explicó que USD 6 millones ya se cancelaron.
Con este dinero se pagó a personas con enfermedades terminales y de la tercera edad.
Así que al grupo que falta por pagar se le cancelará, según Buñay, con las utilidades que generó el campo Onado, de 2006 a 2008, por USD 6,5 millones y recursos adicionales del banco.
Y los USD 9,1 millones de la venta del 8,35% de acciones del campo, ubicado en Venezuela.
Según Luis Jaramillo, presidente de Petroecuador, se llegó a este monto luego del estudio técnico realizado por la empresa Gaffney Cline & Associates, contratada por Petroecuador.
Este estudio se realizó por la falta de acuerdo entre las partes. En septiembre de 2008, Petroecuador ofreció a Buñay pagar USD 21,7 millones por el paquete accionario del campo.
Ese monto tenía como base un informe de la venezolana Pdvsa, la mayor accionista del campo.
Luego Petroecuador bajó la cifra a USD 15 millones e incluso llegó a ofrecer USD 6 millones.
Finalmente, se acordó contratar a una auditora para que realice un estudio de valoración definitivo que fue aceptado por las partes tras casi un año de negociación.
Para Bernarda Mena, acreedora, este campo vale mucho más. “El Ecuador hubiera podido sacar unos USD 100 millones por la participación en ese campo”.
Otra fuente que prefiere mantener la reserva cuestiona que si el campo fue adquirido en 1997, cuando era un campo marginal sin producción por USD 14 millones, el valor que se ha pagado queda en entredicho.
Entre los cuestionamientos de los acreedores está que el campo ha estado activo durante 10 años, por ello se preguntan: “¿Dónde está el resto de utilidades?” De hecho, si solo se han recuperado USD 23 millones esto no permitirá que el banco les reconozca los intereses de una década.
“En estricta legalidad, nos deberían pagar con intereses porque la fuente de recursos con la que pagarán es un activo que ha generado utilidades”, añade Mena.
Incluso, para evitar que los acreedores pierdan, meses atrás se puso una prohibición de enajenar este campo.
Sin embargo, la semana anterior se dio vía libre para la transferencia de Petroecuador al Banco Popular en liquidación.
Con ello se busca concretar el cierre de este banco en el plazo establecido por el presidente Rafael Correa, el 31 de diciembre.
Los activos, al 30 de junio pasado, sumaron USD 180,4 millones y en caja tenía fondos disponibles por USD 2,3 millones. Los pasivos alcanzaron USD 681, 8 millones, por lo que el hueco patrimonial es de USD 501 millones.
Hasta ayer acudieron deudores morosos de este y otros bancos a las oficinas del liquidador, pero el plazo para honrar deudas ya se terminó el 31 de agosto pasado.
Carlos Solines, representante de un grupo de acreedores, dijo días atrás que esperaba una pronta solución al conflicto.
“Si con esos USD 9,1 millones alcanza para pagar a toda la gente, pues que se pague, los perjudicados no pueden seguir esperando más”, indicó.