Redacción Quito
Durante nueve meses, 5 003 niños y niñas, entre los 9 y 13 años, se involucraron en la siembra, mantenimiento y cuidado de árboles en zonas estratégicas del Distrito Metropolitano.
Al término del año escolar, la Gerencia de Espacio Público del Municipio realizó una evaluación del plan Niños del presente sembrando el aire del futuro.
Los buenos resultados darán continuidad al proceso, según Adriana Loaiza, del ente municipal. “Las escuelas que no pudieron participar en el proyecto serán incluidas el próximo año escolar”, adelantó.
El proyecto se inició con un barrido de las áreas verdes de la ciudad y los valles de Tumbaco y Carapungo, para ubicar los espacios de siembra. Luego, la invitación llegó a cerca de 88 instituciones educativas, de las cuales participaron 35 escuelas públicas y privadas y 12 asociaciones y grupos comunitarios.
A Paulina Córdova, de la Escuela Nueva Enseñanza Ecológica, le parece muy importante la inclusión de los niños en el cuidado de la naturaleza. De la misma opinión es Nancy Carvajal, maestra del Colegio Martim Cererê. “Es muy positivo el hecho de incentivar en los niños una participación activa en el cuidado de la naturaleza y en la generación de una cultura ambiental dentro de la ciudad”.
Los viveros de Cununyacu y Caupicho distribuyeron 30 000 árboles entre las escuelas participantes, los cuales fueron sembrados en 340 000 metros cuadrados de 41 sectores.
Pero el trabajo no terminó allí, pues los niños se encargaron de monitorear el desarrollo de los árboles durante todo el año lectivo. Para eso también se entregó material didáctico que se incluyó en los programas de estudios.
En el Martim Cererê, por ejemplo, los temas del proyecto se incluyeron en todas las materias que reciben los estudiantes. “Algunos niños les pusieron nombres a los árboles que plantaron y cuidaron”, recuerda Carvajal.
Al final del año, 25 643 (88%) de plantas sembradas se mantuvieron con vida. Esa cifra superó las expectativas del proyecto. Además, “la participación de los niños fue decisiva en esta tarea”, aseguró Loaiza.
Los beneficios
16 especies fueron escogidas para el proyecto. De estas, ocho son especies nativas y siete son especies exóticas.
41 espacios verdes de 34 ha fueron sembrados. En el Distrito aún quedan 16 hectáreas en las se pueden sembrar árboles.
Antes del proyecto, el índice de supervivencia de plantas era del 70%. El vandalismo, las enfermedades y la orina causan la muerte de las plantas.
La Gerencia de Espacio Público envía una invitación a los planteles de los sectores donde se necesita arborizar.