El aficionado armó en su casa una colección con más de 100 objetos. Foto: Archivo particular.
Carlos León Acosta es quiteño de nacimiento e hincha a muerte de la Católica. A sus 43 años, su pasión por el equipo quiteño sigue intacta.
Acosta se da modos para encontrar objetos del club que cuenta con pocos aficionados en sus partidos de local (unas 300 personas en promedio acuden a los cotejos del equipo en el Atahualpa). En ocasiones, él paga para que artesanos elaboren figuras del ‘Trencito Azul’.
“Soy hincha de la Católica desde pequeño”, confiesa.Su afición por este plantel surgió tras ver jugar a Mario el ‘Chapulín’ Quiroga. “Ese arquero fue el que me motivó el amor por la Universidad Católica”, añade emocionado.
León se trasladó a Cuenca hace 27 años. Pero siempre está pendiente de los encuentros de la ‘Cato’. Su casa está ubicada al noroeste de la capital azuaya. En su hogar hay un rincón dedicado al club de sus amores. A ese lugar le llama el ‘altar de la Católica’.
Ahí, guarda desde camisetas originales hasta réplicas. “Una vez vi que un señor vendía la camiseta no original del club. Me pareció algo muy extraño y la compré. Eso demuestra que el equipo sí genera comercio”, manifiesta.
También, tiene llaveros, jarros, peluches, banderines, ‘tickets’ de partidos. Su colección supera los 100 objetos. Sin embargo, afirma que su ‘altar’ estará completo cuando consiga las camisetas que los jugadores utilizaron durante los campeonatos de 1973 y 1979. “Si alguien tiene esas camisetas me gustaría que se contactara conmigo. Sería una satisfacción tenerlas aquí”.
Su esposa Lourdes, quien no es apasionada al fútbol, respeta los gustos de su cónyuge. Ambos van al estadio Alejandro Serrano Aguilar, cuando se presenta la Católica.
El pasado 20 de mayo, Deportivo Cuenca recibió la visita del plantel celeste, dirigido por Jorge Célico. León observó al cotejo desde los graderíos del escenario azuayo. Y, al final del juego, se acercó al bus de los ‘camarattas’ para buscar al arquero Hernán Galíndez, quien le había hecho una promesa en el 2015.
“Hace un año, cuando se terminó el partido en el Alejandro Serrano, le pedí a Hernán que me obsequiara su camiseta. Él dijo que lo haría este año. Y cumplió”, contó emocionado. Por ello, dice que el argentino es un caballero y un emblema en el plantel ‘camaratta’.
Una de las anécdotas que más recuerda ocurrió en el 2006, cuando su equipo se enfrentó al Deportivo Azogues, en Cañar. A ese partido, acudió sin camiseta del ‘Trencito’ porque temía alguna agresión de la mayoritaria afición local. “Fui el único hincha de Católica en el estadio. Mi equipo ganó 2-1 y me tuve que contener la alegría de no gritar los goles”.
Pero también existen momentos tristes. Algunos de estos tienen que ver con los descensos del plantel a la Serie B. “Siempre quiero ver al equipo en lo más alto. Por eso, me ha dolido mucho cuando el equipo ha perdido la categoría o cuando ha jugado mal”.
Otra de sus ‘locuras’ por el club ocurrió en el 2008. Entonces, acudió con la camiseta de la Católica a todos los partidos que Liga de Quito jugó en la Casa Blanca, por la Copa Libertadores de América. Ese año, los universitarios fueron campeones del torneo de clubes continental.
¿Su mayor sueño? Quiere ver campeón nacional a su equipo. Por eso siempre le pide a los jugadores que no “desmayen y se entreguen en cada partido”.