Bandidos del Páramo cuenta con una amplia variedad de cervezas artesanales. Foto: cortesía Ministerio de Turismo / VIAJAR
¿Quién no ha bebido una cerveza fría, en los días de calor intenso? Casi todos lo han hecho. Pero Quito posee un gran secreto: los religiosos franciscanos elaboraron la primera cerveza artesanal, lo que constituye la patadita de la suerte para colocar más de 50 emprendimientos en la capital ecuatoriana con esta apetecida bebida.
Muchos se preguntan por qué hablar de la cerveza artesanal, y la respuesta es porque, simplemente, gusta y relaja al comensal.
Ya sea con amigos o en pareja, al beber una cerveza artesanal el comensal se adentra en un mundo lleno de infinitos cuestionamientos de la vida, del amor, de la amistad, de la familia y más. Estas motivan a crear, a buscar en el entorno oportunidades para hacer cosas distintas a las establecidas.
Precisamente, Justin, Nelson y Ryan tienen una misma pasión por la cerveza artesanal. Son dos ecuatorianos y un estadounidense que llegaron al país para divulgar, difundir y compartir sus conocimientos cerveceros con los emprendedores nacionales.
Y es que en la actualidad, cerca de 50 cervecerías han copado los espacios de Quito y fan fe de una tendencia en que las mujeres son parte importante de un mercado que bebe, disfruta y comparte.
El mejor consejo para beber una cerveza artesanal está, precisamente, en su presentación. Cuando está servida en un vaso de cristal se saboreará de mejor forma el contenido, con el objetivo de apreciar el sabor y las combinaciones.
Para aprovechar los productos del país, varios cerveceros apuestan por cervezas negras que combinan café o cacao. En Quito hay casi 50 sitios de cerveza artesanal. Foto: Pexels
Uno de los lugares quiteños donde se puede gozar esta experiencia artesanal es Viva Cerveza, que invita a probar y comprar una gama de cervezas artesanales con calidad entre rubias más ligeras y refrescantes, las rojas más maltosas, negras de chocolate, cacao o café. Este punto de distribución se volvió la parada obligatoria de quienes llegan a Quito para compartir esta bebida entre amigos, parientes o disfrutarla en solitario.
Otro de los sitios que atrae por su encanto y por los aromas de sus bebidas es Abysmo Brewpub. Nelson Calle señala que, para él, la mejor felicidad y placer es ver a quienes llegan a este sitio con una gran sonrisa en su rostro.
En Abysmo, la cerveza es la bebida de los dioses. Y es por ello que este destino capitalino es el espacio para cervezas con nombres particulares como Zeus, Afrodita (la más vendida), Apolo y más.
Y esto no acaba ahí. “La cerveza es compleja como los vinos y la comida, es vivir toda una experiencia gastronómica”, comenta Ryan con su español un poco más fluido desde que hace seis años llegó a Quito. Ahora no piensa salir de esta ciudad y en Bandidos del Páramo encontró el sitio ideal para disfrutar de una cerveza artesanal con tendencias alemanas.
Entre tantas interrogantes que se presentan en torno a la cerveza artesanal, podemos decir que la que más ronda en el comensal es: ¿qué es la cultura cervecera? Para unos, es simplemente tomarse una ‘biela’ helada luego de un largo día de trabajo. Para otros, es adentrarse en un mundo lleno de sabores y tonos que contrastan de manera armoniosa cuando se tiene la guía de un experto.
Así que, si es de aquellos que quiere conocer de cerca el mundo de la cervecería artesanal, solo necesita salir a zonas como La Mariscal, La Marín o La Floresta y recorrer estos espacios que recuperan esa vieja costumbre franciscana de producir cerveza de gran calidad y con el indiscutible sello quiteño que se ha afinado en estos siglos.