Pujilí difunde sus íconos culturales en cinco rutas turísticas
El Danzante de Pujilí es el personaje insigne, que destaca a los habitantes del cantón de Cotopaxi. Foto: Cortesía del Municipio de Pujilí
Las tradicionales fiestas ancestrales y religiosas, artesanías en madera y paisajes del cantón Pujilí se promocionan para atraer a los turistas. Los funcionarios del Departamento de Turismo del Cabildo realizaron un estudio que identifica a estos íconos del cantón occidental de Cotopaxi.
Según Verónica Herrera, directora de Turismo, las zonas consideradas en el estudio se encuentran en el centro de la ciudad y en las 11 parroquias que concentran la población indígena y mestiza.
Las cinco rutas turísticas cuentan con 21 circuitos y están divididas en Agropecuaria –Artesanal, Fuentes de Agua, Arte–Tradiciones, Paisaje - Naturaleza Viva e Historia.
“Estos símbolos identificados están en las parroquias que atraen a cientos de visitantes. Algunas de estas fusiones mestizas-indígenas son declaradas Patrimonio Intangible de la Nación y nos enorgullece promocionarlas al visitante extranjero”, asegura Herrera.
La parroquia rural La Victoria, a 15 minutos de Latacunga, fue considerada en la ruta Agropecuaria–Artesanal. Los alfareros de Pujilí son los creadores de delicados objetos que mezclan el barro negro con el agua. Los artesanos elaboran objetos como pondos, tiestos, pailas y otros recipientes.
En la ruta de las Fuentes de Agua están ubicadas las zonas conocidas como Pilaló, Tigua y La Esperanza, ubicadas en el subtrópico del cantón. En estos sectores se puede encontrar vertientes y cascadas.
Fernando Matute, alcalde de Pujilí, indica que en la ruta Arte–Tradiciones está el Danzante de las festividades de la Octava de Corpus Christi. La tradicional fiesta se realiza la tercera semana de junio de cada año y convoca a más de 80 delegaciones de todo el país.
La celebración religiosa se fusiona con tradiciones paganas, las cuales son parte de las actividades que se organizan en los barrios, ceremonias solemnes y juegos tradicionales.
El Burgomaestre indica que al octavo día de celebración, el danzante baila acompañado de niños y jóvenes de instituciones educativas que participan con sus pequeños danzantes.
El danzante es representado con la figura del cóndor de los Andes por tener una atractiva corona con plumas y una amplia cola que llega hasta los talones del bailarín. Su traje multicolor está lleno de encajes, bordados, monedas antiguas, cascabeles y campanas.
Sobre sus hombros lleva un penacho con espejos de diferentes tamaños e impregnaciones de pedrería y plumas, que simbolizan el poderío de las aves andinas. El personaje lleva en la mano derecha un alfanje o arma, elaborado con alambre y adornado con plumas de aves; mientras en la mano izquierda sostiene una paloma que simboliza al Espíritu Santo y que es liberada durante el trayecto del baile o a la salida de la iglesia.
“Hemos reforzado esta tradición con la creación del concurso del Danzante de Oro, Plata y Bronce. La autenticidad de los danzantes se basa en la ejecución de los pasos como la media luna, el cruce, vuelta y regreso, el ocho y el característico movimiento de levantar y abrir los brazos como si fueran las alas del cóndor”, indica Matute.
A esta ruta se suma la festividad religiosa al Niño de Isinche. La hacienda Isinche Grande, donde se encuentra la imagen, está a 5 km de Pujilí.
La efigie mide 35 centímetros de alto y en roperos, baúles antiguos y fundas plásticas se guardan más de 5 000 trajes elaborados con finas telas y encajes de varios colores.
También hay 600 pares de zapatos y sombreros donados por los priostes y devotos. Los fieles arriban desde las urbes de Ambato, Riobamba, Quito, Latacunga y otras. “En los días de fiesta hay payasos, comparsas y bandas de pueblo. Es una devoción del pueblo pujilense y que está abierto al público”, indica el alcalde Matute.