Las Termas de Papallacta se encuentran a 74 kilómetros de Quito. Foto: Pavel Calahorrano / EL COMERCIO
Tres feriados están programados para los últimos tres meses del 2017 y una de las opciones que más gusta a los ecuatorianos es acudir a los balnearios de agua termal que existen en el país.
Los destinos de mayor renombre son Papallacta, Baños de Cuenca, Baños de Agua Santa, Chachimbiro, Nangulví, Oyacachi y Balao Chico.
Son lugares óptimos para combatir traumatismos, dolores en los huesos, y para relajación muscular. Se ofrecen tratamientos con lodo para mejorar la circulación del sistema nervioso y la movilidad de las articulaciones. A estos se les puede combinar con diversas actividades al aire libre.
Papallacta, ubicado a 74 km de Quito, es uno de los destinos más visitados por los capitalinos. Según Ricardo Ayala, jefe de Ventas de Termas de Papallacta, este lugar registra un promedio de 500 visitas diarias en los feriados.
En este complejo hay 12 piscinas, nueve de aguas termales del volcán Chacana y las restantes con vertientes del río Papallacta. Se ofrece además el servicio de hospedaje y spa, con reserva previa.
En el sur del país, a escasos 8 km de Cuenca, se encuentra la parroquia de Baños, en donde la falla geológica de la Loma de los Hervideros es la fuente de las aguas termales para tratamientos de belleza de los habitantes del Austro.
Las propiedades de sus aguas son aprovechadas por hosterías y spas como Durán, Agapantos, Riñón, Novaqua, Piedra de Agua, entre otros, en una variada oferta de baños, piscinas de barro y tratamientos de belleza.
En el centro del país está Baños de Agua Santa, un lugar que siempre fue famoso por sus termales y la Virgen del Rosario, más que por su cercanía al volcán Tungurahua. Baños incluso participó en la Feria Internacional de Turismo Termal en el 2014.
Imbabura tiene dos opciones de balnearios de aguas termales. Chachimbiro es una de ellas, un lugar que se beneficia de las aguas que provienen de las entrañas del volcán La Viuda, y que diversificaron a su propuesta, cabalgatas hacia el bosque de Guaranguillo.
Otra opción imbabureña es Nangulví, complejo que está ubicado en el valle de Íntag, el cual ofrece seis piscinas termales, un cómodo restaurante, senderismo, cabalgatas, aviturismo, rafting, el museo arqueológico Gualimán, entre otras actividades.
En la Amazonía, en cambio, Oyacachi es la opción. Ubicada en el cantón El Chaco de la provincia de Napo, este complejo de seis piscinas es administrado por la propia comunidad del mismo nombre. Otros de sus atractivos son las ruinas de Mawka Llacta y el sendero de la ‘Cueva de la Virgen’, donde cuenta la leyenda que apareció la Virgen del Quinche.
En el cantón guayasense de Naranjal, en medio del bosque húmedo tropical, está Balao Chico, administrado por 16 familias shuar que migraron de Morona Santiago. A su propuesta termal le sumaron rituales chamánicos, masajes en barro, danza y gastronomía.