Gabriel Silva (izq.) guía que atraviesa las plantaciones de café en Palestina, Departamento de Caldas. José Moncayo (der.), caficultor de la Finca del Café, en Santa Rosa de Cabal, Departamento de Risaralda. Fotos: Edwing Encalada y Archivo / EL COMERCIO
Tomar un café tendrá un sabor diferente después de visitar el Eje Cafetero colombiano, que se ubica entre los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío, norte del Valle del Cauca, y noroccidente del Tolima. De estos, Pereira representa la ciudad más poblada de esta región.
Según Juan Pablo Echeverri, gerente de la Hacienda Venecia, la alta competitividad mundial dentro del mercado cafetero hizo que Colombia se vuelque a exponer al café de origen como un producto diferenciador ante el mundo.
“Cuando los turistas se alojan en nuestra hacienda, pueden conocer la historia que existe detrás de una taza de café, desde su siembra, cosecha, selección del grano y secado”, dice.
En este lugar se realiza la catación de café, que le permitirá diferenciar entre aromas, texturas y sabores. “Queremos evolucionar en el concepto del quiere un café, por el de qué café quiere”, añadió Echeverri, nieto de Gabriel Jaramillo Mejía, fundador de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia.
En el 2011, la Unesco decidió declarar como Patrimonio de la Humanidad al paisaje cultural del Eje Cafetero. Entre las razones para ello está la adaptación humana en condiciones geográficas difíciles sobre las que se desarrolló la caficultura de ladera, tras la colonización antioqueña, a finales del XVIII.
Colombia expone al café y su historia
Las haciendas cafeteras de Colombia albergan al turismo internacional para que conozcan de cerca la historia detrás del café colombiano. Fotos: Edwing Encalada / EL COMERCIO
Las haciendas cafeteras de Colombia albergan al turismo internacional para que conozcan de cerca la historia detrás del café colombiano. Fotos: Edwing Encalada / EL COMERCIO
Las haciendas cafeteras de Colombia albergan al turismo internacional para que conozcan de cerca la historia detrás del café colombiano. Fotos: Edwing Encalada / EL COMERCIO
Las haciendas cafeteras de Colombia albergan al turismo internacional para que conozcan de cerca la historia detrás del café colombiano. Fotos: Edwing Encalada / EL COMERCIO
Las haciendas cafeteras de Colombia albergan al turismo internacional para que conozcan de cerca la historia detrás del café colombiano. Fotos: Edwing Encalada / EL COMERCIO
Las haciendas cafeteras de Colombia albergan al turismo internacional para que conozcan de cerca la historia detrás del café colombiano. Fotos: Edwing Encalada / EL COMERCIO
Las haciendas cafeteras de Colombia albergan al turismo internacional para que conozcan de cerca la historia detrás del café colombiano. Fotos: Edwing Encalada / EL COMERCIO
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Las haciendas cafeteras de Colombia albergan al turismo internacional para que conozcan de cerca la historia detrás del café colombiano. Fotos: Edwing Encalada / EL COMERCIO
Las haciendas cafeteras de Colombia albergan al turismo internacional para que conozcan de cerca la historia detrás del café colombiano. Fotos: Edwing Encalada / EL COMERCIO
Las haciendas cafeteras de Colombia albergan al turismo internacional para que conozcan de cerca la historia detrás del café colombiano. Fotos: Edwing Encalada / EL COMERCIO
Las condiciones climáticas de este sector determinan, además, que la producción de café sea de alta calidad, con periodos de cosecha relativamente cortos. Los campesinos de la zona han desarrollado técnicas de cultivo y recolección grano por grano, pese a la tecnificación de la industria.
Uno de los elementos más llamativos del paisaje es la utilización de los vehículos Jeep norteamericanos, los cuales sirven de transporte de carga de la cosecha de café o para transportar a personas a sitios turísticos como el Valle del Cocora. En este último lugar, vuela a escasa altura y con total tranquilidad el ave símbolo de Colombia: el cóndor.
Alrededor del Eje Cafetero, también se desarrolla otros tipos de turismo, como de avistamiento de aves, gastronómico y de entretenimiento. Esta zona cuenta con más 400 variedades de aves. Además, puede recorrer las termales de San Miguel en Santa Rosa del Cabal, o el bioparque Ukumarí, donde a más de admirar las especies nativas, podrá fotografiar a leones, cebras, avestruces, rinocerontes y elefantes, en un espacio adaptado que simula ser África.
Para llegar allí se necesita tomar dos aviones: uno hasta Bogotá y otro que lo traslade hasta Pereira, ciudad que resulta el centro base de todos los atractivos turísticos que encontrará en la zona. Los boletos aéreos se los encuentra desde los USD 620; mientras que la oferta hotelera va desde los USD 10 y se puede alojar en haciendas cafeteras.