El aprendizaje en granja fomenta la conservación de la naturaleza

Cerca de Quito existen tres lugares que ofrecen experiencias campestres: Granja del Tío Mario, Granja Aventura y la Hacienda La Morería. Fotos: Vicente Costales, Galo Paguay y Cortesía La Morería

Cerca de Quito existen tres lugares que ofrecen experiencias campestres: Granja del Tío Mario, Granja Aventura y la Hacienda La Morería. Fotos: Vicente Costales, Galo Paguay y Cortesía La Morería

Cerca de Quito existen tres lugares que ofrecen experiencias campestres: Granja del Tío Mario, Granja Aventura y la Hacienda La Morería. Fotos: Vicente Costales, Galo Paguay y Cortesía La Morería

La granja ya no solo es un espacio para la agricultura y la ganadería. Cerca de Quito existen tres emprendimientos que han convertido a estos espacios en recursos educativos para que los niños aprendan sobre los animales, el campo y la utilidad de la producción rural y su impacto en las urbes.

Según Patricia León, administradora de la Granja del Tío Mario, ubicada en el barrio Santa Rosa de Pomasqui, a 7 km al norte de Quito, la interacción de los niños con los animales permitió que los padres fomenten en sus casas la idea de conservación del medioambiente. “De aquí han llevado a sus hogares la idea de un huerto casero. Los niños saben diferenciar de un huevo de supermercado y un huevo sin estrés que viene del campo”.

Según ella, a través de esta experiencia campestre se logra que los niños se desconecten unas horas de los videojuegos y otros artefactos electrónicos. En la granja, ellos conocen sobre el proceso de obtención de la leche, la función que cumplen las lombrices en la tierra y las razones por las cuales un pato flota en las aguas de un pequeño lago artificial que existe en este lugar.

Allí hay cerca de 80 animales, entre caballos, vacas, borregos, avestruces, patos, faisanes, pavos reales, cerdos, gallinas, etc. Se puede pasear en tractor, alimentar a las aves y a los conejos. El modelo de trabajo es autosustentable. Todo lo que producen lo utilizan en platillos para sus visitantes, entre desayunos y almuerzos. El ingreso tiene un costo de USD 4,50.

Por otro lado, en Granja Aventura, a 20,5 km de Quito, en Tumbaco, a la experiencia de granja le sumaron el atractivo de los caballos miniatura importados de Argentina, de razas shetland y bregman.

En este lugar de dos hectáreas se puede compartir con patos, ganzos de diferentes razas, dos tipos de faisanes, palomas y gallinas de distintas razas. Tienen, además, un toro y vaca pequeños, minijersey, caballos españoles, caballos criollos, carneros africanos y un miniburro pinto que pasea a los niños al halar una carreta.

“Fomentar los valores conservacionistas en los niños es una grata labor”, comenta Roberto Cordovez, gerente de Granja Aventura. El ingreso a este lugar tiene un costo de USD 5 para niños y 7 para adultos. En feriados y fines de semana tienen una promoción de un ‘brunch’, con un costo de USD 9,99 para niños y 19,99 para adultos, más IVA.

En la parroquia de Amaguaña se encuentra la Hacienda La Morería, ubicada a 27,1 km de Quito. Allí fusionaron el campo y la gastronomía en un ambiente familiar para que sus visitantes disfruten del contacto con la naturaleza, en medio del aire puro que se respira en las faldas del volcán Pasochoa.

En este lugar cuidan a más de 150 animales de granja, con muchos de los cuales los niños pueden interactuar. Entre ellos se encuentran las ovejas Dorper sudafricanas, a las que se les puede acariciar y alimentar.

Presentan tres tipos de shows en su plaza, donde exhiben a los animales que poseen, mientras los animadores informan sobre las características de cada ejemplar. Hace pocos meses implementaron un programa de padrinos de honor para bautizar a las nuevas crías e invitar a los niños para su cuidado y conservación.

Su animal más emblemático es un cebrallo que nació el pasado diciembre, y que fue bautizado como Rayo McQueen. Este ejemplar es hijo de un cebro africano y una yegua de paso fino colombiana. Se caracteriza porque es de color marrón, con una raya negra en el lomo y sus patas rayadas como una cebra. “Esta experiencia permitió que los niños sepan qué es un gipsivaner, una raza de caballo de origen gitano que es muy famoso por su aparición en películas como el ‘Señor de los Anillos’ y ‘Valiente’”, señaló Édgar Naranjo, gerente de La Morería.

La Morería tiene un promedio de 800 visitantes cada fin de semana. Busca ser un gestor de desarrollos culturales, con grupos artísticos de Amaguaña y exhibiciones de obras pictóricas de artistas locales, con el fin de promover una dinámica de comercio local.

El ingreso tiene un costo de USD 10,99 para niños y 19,99 para adultos que incluye desayuno bufé. El almuerzo, en cambio, cuesta USD 12,99 para niños y 24,99 para adultos.

Suplementos digitales