Zúñiga trabaja una vertiente decorativa que definió como barroco guayaco. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Las ‘misses’ desencajadas de un concurso de belleza suburbano. Los rostros dulces de víctimas de la escopolamina junto a las ‘musas seductoras’ que los indujeron al sueño.
Hernán Zúñiga recurre a lo cotidiano para perturbarlo con la impronta de su pintura, un repertorio de esperpentos, de seres monstruosos (o luminosos), inspirados en la realidad de Guayaquil. “La idea es exacerbar el culto a la estética popular”, dice.
El artista guayaquileño, catedrático de la Universidad de las Artes (UArtes), celebra 50 años de trayectoria artística con ‘Revisión’, una exposición retrospectiva de 80 pinturas que incluye también sus trabajos más recientes, el bestiario del último semestre.
La vertiente figurativa que el artista definió como “barroco guayaco” surgió de su trabajo de indagación con el imaginario de la cultura popular y con los metalenguajes marginales. “Fui criado en la periferia del mercado central, en toda esa barriada del centro, al punto que eso me ha llegado a constituir.
El barroco guayaco es un compendio mitológico, teórico y práctico para interpretar la realidad de Guayaquil”, señala Hernán Zúñiga, de 68 años, quien ha obtenido premios como el Salón de Julio del Municipio de Guayaquil y el Salón de Octubre
Son obras localistas, que aspiran a lo universal, dijo.
Sus más recientes trabajos ahondan en los personajes cotidianos del casco central de la ciudad: mendigos, locos, profetas y ángeles, prostitutas y gamines, en medio de oscuros zaguanes y portales. “Una de las cosas que ha tornado mi trabajo más placentero es el descubrimiento de una poesía marginal”, indicó el autor.
Una realidad exuberante, tropical, cruda, en la que también es posible encontrar belleza. “Yo soy pueblo, toda mi formación es la arquetípica de los años 60, inspirada por todas las revoluciones…
Es la formación de un obrero del arte, absolutamente autodidacta”, explica el artista, docente desde hace 40 años, pero quien nunca asistió a la universidad.
Zúñiga entiende el arte como un ejercicio de liberación interior y de cuestionamiento al poder, una actitud política de responsabilidad con el medio.
Un medio con el que pretende auscultar a la sociedad.
La muestra, que será inaugurada este jueves 11 de febrero en la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas (CCNG), plantea exhibir pinturas antiguas y actuales de diversos formatos en la Pinacoteca Manuel Rendón Seminario, en el primer piso de la institución.
Mientras que en la Sala Araceli Gilbert, en la planta baja, se expondrá la serie más reciente ‘Reinos Interiores’, un ensayo neoexpresionista sobre sus submundos cotidianos. Trabajos en acrílico sobre papel, enmarcados en vidrio.
Las obras sobre papel están marcadas por gruesos trazos oscuros, con colores ocres y pasteles. Entre los óleos y acrílicos sobre tela se destaca una serie de grandes formatos, de 1,80 m por 1,50.
Una muestra de
arte-objeto, a partir de tablones reciclados encontrados en la calle o en las construcciones, complementa la exposición.
Hernán Zúñiga es un artista multidisciplinario, entre sus facetas más conocidas está la de grabador, pero también escribe poesía “casi todas las noches”, según cuenta.
Como parte de su retrospectiva, el próximo 25 de febrero ofrecerá además un recital de poesía; será la ocasión para el relanzamiento de su libro ‘La crónica de los etéreos’, Premio Nacional de 1980.
Un recital audiovisual que conjugará música electrónica y la proyección en video mapping de sus grabados, una influencia de los jóvenes alumnos de su taller en el Instituto Superior Tecnológico de Artes del Ecuador (ITAE), ahora parte de la UArtes.