El ‘yaku’ es esencial para las ceremonias indígenas

ARCHIVO, GLENDA GIACOMETTI/ EL COMERCIO En la laguna de Ozogoche (en Chimborazo) se realiza un ritual especial, cada año, en el Festival de los Cuvivíes.

ARCHIVO, GLENDA GIACOMETTI/ EL COMERCIO En la laguna de Ozogoche (en Chimborazo) se realiza un ritual especial, cada año, en el Festival de los Cuvivíes.

En la laguna de Ozogoche (en Chimborazo) se realiza un ritual especial, cada año, en el Festival de los Cuvivíes. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Las ceremonias que se realizan junto a las vertientes de agua tienen un significado especial para la cosmovisión andina. Yachaks y ancianos indígenas de Chimborazo dicen que la energía de los pogyos, ríos y lagunas es fuerte y, por eso, se los considera sitios sagrados.

En la comunidad de Shobolpamba, en San Juan, las ceremonias se inician siempre a las 05:00, junto a una pequeña vertiente. En esa parroquia, situada en las faldas del volcán Chimborazo, la temperatura ambiente es de entre cuatro y cinco grados al amanecer.

Sin embargo, quienes asisten a esas ceremonias rituales forman una fila para ingresar al pogyo. “A esa hora, la temperatura del agua es cálida y no sabemos por qué. Luego vuelve a ser fría, como siempre”, dice Valeriana Anaguarqui, una yachak de Chimborazo.

Ella piensa que el agua tiene un poder curativo que no se compara al de las medicinas tradicionales, porque no solo tiene influencia física, sino también espiritual. “Un baño en el pogyo se hace para limpiar el cuerpo y el alma. Todas las malas energías de la persona se van en el agua”, dice Anaguarqui.

Pero el proceso para recibir una limpia en el pogyo no es sencillo. En algunas ocasiones, antes de participar, es necesario realizar un ayuno, es decir, hay que abstenerse de ingerir cualquier alimento o agua al menos 24 horas antes.

Luego, un yachak frota plantas de ortiga en el cuerpo desnudo de quienes recibirán la limpia. “Para nosotros la ortiga es una planta sagrada, es consejera y purificadora. Es necesaria para entender y enmendar nuestras equivocaciones”, cuenta la mujer de 67 años.

En el interior del pogyo, otro yachak conversa con cada participante y da consejos mientras les da baños con el agua que brota de la vertiente. El cuidado de la salud, el respeto a la naturaleza y el liderazgo son algunos de los temas que se abordan durante el baño.

“Estaba pasando por momentos difíciles, cuando una amiga me invitó a participar en un temascal. La experiencia fue renovadora, sentí energía y motivación”, cuenta Eliza­beth Veintimilla.

Las ceremonias rituales junto a las vertientes de agua se realizan cuando se trata de una curación medicinal, pero también durante las cuatro celebraciones sagradas del ­calendario andino.

Cada ceremonia tiene un significado especial. En febrero, por ejemplo, el baño en las fuentes de agua, vertientes, ríos o lagunas se hace para preparar a la persona para el tiempo de florecimiento.

En esa temporada se festeja el Pawkar Raymi, una fiesta para agradecer por la abundancia de la cosecha y por la fertilidad femenina. Los primeros en tomar el baño son los personajes que lideran las fiestas, el Yaya Carnaval y la Mama Shalva.

Según la cosmovisión andina, estos personajes representan la dualidad femenina y masculina y su función es presidir todas las celebraciones de la temporada.

En las comunidades indígenas incluso son considerados las autoridades máximas mientras dura la fiesta, aunque sus funciones se extienden durante todo el año.

Cada año la ceremonia de investidura se realiza junto a la vertiente de Shobolpamba. En el centro de un círculo -hecho con velas, pétalos y frutas- se enciende una fogata para que este elemento esté presente. El agua de la vertiente, la tierra y el aire representan a los otros tres elementos sagrados de la cosmovisión indígena.

“El agua origina vida, por eso una fuente donde nace el agua, para nosotros representa que la vida está naciendo. Es yaku, uno de los cuatro elementos sagrados”, dice Manuel Pomaquero.

Otro ritual importante que se celebra con baños ceremoniales es el Mushuk Nina, un festejo que se hace cuando se inicia el nuevo ciclo solar, cada 21 de marzo, cuando concluye el Pawkar Raymi.

“Para nosotros, el año no termina el 31 de diciembre, como en la cultura occidental, porque ese día no hay ningún suceso astronómico importante. El ciclo, según nuestro calendario, termina el 20 de marzo y se inicia el 21”, cuenta José Parco, coordinador del Área de ­Interculturalidad del Municipio de Riobamba.

Los rituales para recibir el nuevo tiempo se inician siete días antes, con una ceremonia, un ayuno de tres días y un baño ritual. “Se cree que esta es una forma de purificar el cuerpo para alcanzar un equilibrio energético con la llegada del sol a la Tierra”, afirma Parco.

Guía

El calendario andino ayuda a la agricultura, a la pesca y a la caza. Se divide en cuatro ciclos.

Solicitud

Un grupos de yachaks pidió al Municipio de Riobamba protección para esos sitios sagrados.

Un rito

El temascal es una ceremonia tradicional, que dura una noche. Se hace con hierbas medicinales.

Los sitios

En Riobamba hay 11 lugares considerados sagrados, por estar ubicados junto a vertientes de agua.

Suplementos digitales