Internet para todos

La sociedad del conocimiento que se impone en el mundo está creando dos categorías de seres: los competentes en materia de tecnologías de la comunicación (es decir los alfabetos modernos) y los que no lo son (equivalentes a los analfabetos). Alrededor de esta nueva forma de aprendizaje ya se ha abierto una brecha entre los ciudadanos de los países “conectados” y los de los países en desarrollo que aún no tienen la oportunidad de usar intensivamente dichas tecnologías. Entre estos últimos estamos los ecuatorianos, con el peligro de quedarnos desconectados si no hacemos un esfuerzo sistémico de toda la sociedad.

Como todo en la vida, esto depende de nuestro propio esfuerzo y vocación de trabajo. Sin embargo, es preciso un apoyo del Estado para dar el salto como país y disminuir la brecha en el menor tiempo posible. Una vez que se ha aprobado la nueva Ley de Educación, hay que entrar de lleno a la mejora cualitativa para preparar los recursos humanos de manera compatible con los requerimientos de la nueva sociedad del conocimiento, comenzando por exigir excelencia tecnológica a los nuevos profesores, pues no solo se trata de elevar los sueldos para llenar muchos nuevos puestos de profesores sino prepararlos en una educación tecnológica del siglo XXI.

Coetáneamente se debe dar computadores escolares gratuitos a todos los niños de las escuelas fiscales, como ha hecho Uruguay, que es un país más pequeño que el Ecuador. Este sí sería un subsidio eficiente, por sola una vez en cuanto a la computadora de bajo costo, más el valor mensual del consumo.

Una vez que esto se ponga en marcha veremos que los niños aprenderán a una velocidad sorprendente, para igualar las oportunidades para los niños pobres y cerrar la brecha que hay con el 18% de pequeños que ya están conectados en el Ecuador. Solo con el Internet para todos propiciaremos la igualdad de oportunidades, como debe ser en una Patria solidaria.

De esta forma llegarían a la Universidad con un alto grado de conocimiento y podrían estudiar para ser creativos en las carreras tecnológicas y no solo en las carreras tradicionales, cuya demanda de trabajo está saturada.

Sin mucho dinero se prepararía profesionales capaces de valerse por sí solos en parques tecnológicos y factorías del conocimiento con apoyo empresarial, cuyos resultados serían patentados. Este esfuerzo debe ser de toda la sociedad o perderemos el tren del de la modernidad y seguiremos en la misma mediocridad que ha retrasado al Ecuador.

No se necesita mucho capital pero sí bastante talento, pues incluso ya se ha exportado software en forma incipiente pero prometedora.

Si no formamos así a nuestros recursos humanos nunca se instalarán industrias de base tecnológica en el Ecuador.

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