10 estudiantes de la Espoch ganaron el primer premio de la Semana de la Tecnología. Foto: EL COMERCIO
Willow mide 40 centímetros y a simple vista parece un moderno juguete Transformer, capaz de hacer piruetas y gestos graciosos. Pero en realidad es un innovador método terapéutico diseñado por 10 estudiantes de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, para facilitar la educación de los niños con autismo y síndrome de Asperger.
Ese proyecto fue elegido como el emprendimiento tecnológico triunfador en la Semana de la Tecnología, promovida por el Municipio de Riobamba. Los creadores recibieron un incentivo de USD 7 000 para establecer una microempresa que posibilite el mejoramiento del prototipo y su posterior distribución comercial.
Los estudiantes de la Facultad de Ingeniería Electrónica no podían contener su emoción el viernes 26 de junio, cuando el alcalde Napoleón Cadena los invitó a subir al escenario. “Estoy impresionado por tanta creatividad. Solo los innovadores como ellos pueden ver luz donde hay oscuridad”, dijo Cadena al entregar el cheque.
Pero para los jóvenes su primera alegría llegó dos días antes, cuando los estudiantes del instituto para niños con discapacidades intelectuales Carlos Garbay, visitaron su estand en la feria de emprendimientos. Ellos demostraron que todas las funciones terapéuticas programadas en el juguete son efectivas y atraen el interés instantáneamente.
Willow, un robot humanoide equipado con 14 motores que le permiten mover sus articulaciones, sensores y un sistema controlado a través de una aplicación descargable para todos los teléfonos inteligentes es capaz de interactuar con los niños, enseñarles a bailar, abrazarlos y más.
“Investigamos sobre el autismo y el síndrome de Asperger. Quienes lo padecen tienen dificultad para relacionarse y confiar en otras personas, esto le facilitaría al terapeuta acercarse al niño. Él puede controlar los movimientos del robot y puede mirar a su paciente a través de una cámara frontal”, cuenta Carlos Guaillazaca, uno de los autores.
Según su investigación, el uso de este robot a más de reducir el costo de las terapias, disminuiría el tiempo de tratamiento de 10 a tres años. “El robot está inspirado en otros con una tecnología similar que cuestan entre USD 3 000 y 17 000 en el extranjero. Este tendría un costo aproximado de USD 250 y un estudio de mercado previo nos reveló que nuestra idea también era factible en el aspecto comercial”, afirma Karla Ormaza.
Pero según los jóvenes, sus objetivos son más que comerciales, sociales. Con el dinero del premio adquirirán una impresora en tres dimensiones, importarán más piezas como motores y sensores y empezarán con la producción en serie de Willow.
El proyecto fue elegido entre otros 54 emprendimientos tecnológicos presentados por estudiantes de cinco universidades e institutos del país. La mayoría fue diseñada por estudiantes riobambeños, quienes trabajaron y presentaron soluciones tecnológicas para su ciudad.
Al final del evento, el alcalde Cadena anunció la noticia de que todas las ideas serán tomadas en cuenta para ejecutarse a mediano y largo plazo en la ciudad. “Independientemente de la calificación del jurado, hemos decido ejecutar los proyectos que mejoran la vida en la ciudad. Los directores departamentales encontraron en esta feria las soluciones que buscábamos”, afirmó el Alcalde.
Uno de los proyectos que se tomarán en cuenta en el Plan Operativo Municipal es el diseñado por Vanesa Ávila e Ivone López, estudiantes de la Universidad Nacional de Chimborazo. Ellas propusieron la creación de una planta de tratamiento para residuos de la construcción con el propósito de reducir el impacto ambiental de los escombros y generar nuevos materiales reciclados.