La wasipichana es una tradición que perdura en el Ecuador

Este ritual se cumplió el sábado 13 de enero del 2018 pasado en la parroquia cuencana de Tarqui. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO.

Este ritual se cumplió el sábado 13 de enero del 2018 pasado en la parroquia cuencana de Tarqui. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO.

Este ritual se cumplió el sábado 13 de enero del 2018 pasado en la parroquia cuencana de Tarqui. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO.

Al ritual de consagración de una vivienda, los pueblos indígenas le denominan wasipichana. Es una celebración especial que, dentro de la cosmovisión andina, se realiza para bendecir el espacio de la vida y de convivencia diaria.

Wasipichana es una palabra kichwa que significa casa limpia. Los dueños de la casa convocan a la fiesta cuando terminan su construcción. Esta celebración fue realizada el sábado pasado (13 de enero del 2018), por el Sistema Comunitario de Agua de las Américas de Escaleras, el Frente de Organizaciones Campesinas del Azuay y la Ecuarunari.

En esta comunidad perteneciente a la parroquia cuencana de Tarqui, sus habitantes construyeron mediante mingas la Yaku Wasi o Casa del Agua. El trabajo duró ocho meses. Desde allí operará el sistema comunitario y será un espacio para las organizaciones campesinas e indígenas de Azuay.

Como parte de la wasipichana se escogieron a los compadres. Dentro de esta tradición, es una persona católica que sube al tejado para colocar la cruz de protección para esa familia. También trae la banda de pueblo para alegrar la fiesta y hacer bailar a los asistentes.

Para la Yaku Wasi o Casa del Agua se nombró como padrinos a los más mayores de la comunidad que han tenido una constante participación en la resistencia por defender el líquido vital, entre ellos Carmen Pérez, Bernardo Guamán, Rey­mundo Hernández, Juana Crespo, Jorge Vélez, Antonia Pullo, entre otros.

Según Vélez, esta tradición -también conocida como enteche- se mantiene muy arraigada entre las familias de la zona rural, principalmente. Por eso, en casi todas las viviendas antiguas de Tarqui se visualizan -en los techos- las cruces de protección contra robos y fenómenos naturales.

En Las Américas de Escaleras la celebración empezó a las 12:00 del sábado pasado con músicos que tocaron acordeones y una banda de pueblo. Decenas de habitantes de esta y otras comunidades de Sayausí y Molleturo se congregaron para participar del evento. También, asistieron dirigentes de organizaciones sociales.

Con la intervención de yachaks (sabios) y los sacerdotes Teodoro Delgado, Ángel Lovato y Ángel Morocho se realizó la bendición de la cruz andina que representa a los cuatro elementos de la naturaleza (agua, fuego, tierra y aire). Esta cruz tuvo como complemento la figura de una gota de agua.

El albañil Juan Guamán colocó este símbolo en el techo y empezó el baile y danzas con música andina. Luego, los asistentes se sirvieron la chicha y compartieron los alimentos.

La cruz andina es parte del sincretismo cultural y símbolo de protección de las viviendas, dice Yaku Pérez, presidente de la Ecuarunari, quien fue uno de los dirigentes que impulsa la construcción de esta casa.

Los ancestros creían que la imagen de la cruz -acompañada de otras figuras como ángeles y palomas- ahuyentaba a los espíritus malignos, agrega el dirigente. “Esta tradición empezó con la llegada de los españoles y el mestizaje hizo que se hiciera con fiesta y la invitación a los vecinos, amigos y familiares”.

La cruz de la Yaku Wasi fue adquirida en USD 120 en el barrio de Las Herrerías. Hace más de 50 años, los herreros de ese sector, ubicado al sur de la capital azuaya, se convirtieron en los principales proveedores de estas cruces. En tres cuadras de la calle Las Herrerías laboraban más de 40 artesanos en este oficio. En la actualidad, quedan seis en ese mismo espacio. Las primeras cruces eran artísticas y las hacían en hierro forjado, cerámica y mármol.

Lauro Sigcha, presidente del sistema de agua, la wasipichana está ligada con la espiritualidad de los cuencanos y azuayos y se mantiene como símbolo de protección y religiosidad popular. “Para nosotros también representa la solidaridad, reciprocidad y vida en comunidad”.

Durante esta fiesta, los padrinos de la Yaku Wasi lanzaron los capillos (monedas, pétalos de rosas y caramelos). También, hubo un almuerzo comunitario, la presentación de los grupos de danza y de teatro popular como Kutikinkas y Mishkitullito.

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