Desde la madrugada, los fieles creyentes de la Virgen de El Quinche llegaron al Santuario para asistir a la misa, que se organiza por el peregrinaje de los devotos. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO
A las 12:00 fue la primera misa. A las afueras del templo, en el Campo Mariano, cientos de miles de peregrinos llegaron para visitar a su Madre: la Virgen de El Quinche. Caminaron kilómetros en la oscuridad para recibir su bendición.
Más tarde, al mediodía de hoy sábado 19 de noviembre, la plaza aparecía con menos gente. En las calles aledañas, los comerciantes de artículos religiosos, comidas y artesanías recibían a los pocos feligreses que deciden caminar por el día. La música no se hizo esperar, pues en cada esquina una canción anunciaba la llegada de un peregrino más.
“Nos hemos amanecido para la comidita”, dice José Luis, vendedor de almohadas y cobijas, y explica que la venta no ha sido demasiada, pero que ‘algo’ se ha vendido. Asimismo, María Valdiviezo comerciante de artículos religiosos, dice que “las ventas están bajas, debe ser la crisis”.
“Buenos días”, dijo el sacerdote que presidió la celebración eucarística de las 12:50 pm del sábado. “Tásquele la oreja al de al lado, suba los brazos, desperécese”, continuó mientras daba la bienvenida a otro grupo de fieles. ¡Qué viva la Virgen María!, se escuchaba desde el público. ¡Qué viva!, respondía otro sector.
Así, entre risas y aplausos empezó esa misa. Luego vino a la canción ‘Jesucristo yo estoy aquí’ y ‘Alabaré’ y los asistentes la coreaban. Muchos de ellos estaban con la camiseta del Ecuador y otros, llevaban fotografías de sus familiares en las manos.
Hasta ese momento, más de 500 mil personas habían llegado al Santuario, según el coronel de Policía Paulo Espinoza. Para brindar seguridad, se desplegaron a más de 800 efectivos distribuidos en diferentes puntos de las rutas, así como varias unidades móviles en la plaza fuera de la iglesia. “Esto evitó accidentes y ayudó a ubicar a niños que se perdieron momentáneamente”, explica Espinoza.
Los creyentes de la Virgen de El Quinche asistieron a misa junto a sus familias. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO
Pero no todos fueron caminando. Daniel Gaviño comanda un grupo de ciclistas, a quienes recorrer 63 kilómetros hasta El Quinche les tomó tres horas. “Salimos desde el cantón Mejía, llegamos a Quito, seguimos por Luluncoto, por la antigua línea del tren, luego, por el Chakiñán de Cumbayá hasta aquí”, comenta Gaviño. Como ellos, se pudo ver a otros equipos de deportistas, pero no todos pudieron recibir misa “debido a que no hay dónde dejar las bicicletas”.
Un grupo de deportistas llegó al Santuario de El Quinche a bordo sus bicicletas. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO
La fe en la Virgen de El Quinche no se queda solamente en Pichincha, sino que los fieles llegan de varias partes del país. Una de ellos es Leonor Cedeño, quien cada año va hasta el Santuario desde Santo Domingo. “Para mí ella es la madre de Dios y nos favorece”, dice la mujer.
La Virgen María es la columna vertebral de este pueblo. Así lo afirma Oswaldo Pazmiño, oriundo de El Quinche. “Es un sentimiento muy especial, es afecto, protección. A más del área espiritual, es la que nos permite vivir del turismo religioso a nuestra localidad”, afirma.
Varias misas se celebraron en el Santuario de El Quinche, en agradecimiento a la Virgen. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO
Explica también que antes la gente se quedaba más tiempo en el lugar, pero que ahora evacúa pronto debido a que es más organizado, pues las autoridades proveen de transporte para el regreso de los feligreses. “Hasta ahora se ha visto igual afluencia de peregrinos, pues “la fe ha vuelto en especial desde que el papa Francisco nos visitó en esta parroquia”, concluye Pazmiño.