Modelos de Casa Sibilla. El superior es Rosenthal; el inferior es de Iittala. Foto: Pavel Calahorrano/El Comercio
Aunque los muebles son piezas claves en la decoración de ambientes como la sala o el comedor, los accesorios son los que realzan el ambiente. Los floreros y jarrones, por ejemplo, conceden ese toque natural al entorno.
Y pese a que los de vidrio transparente no pasan de moda, actualmente los que tienen diseños minimalistas son los vigentes en la decoración. Estos accesorios sorprenden con sus nuevos diseños: alargados, de colores, espirales, en forma de baldes, como los tradicionales vasos de cerveza…
Con las nuevas tendencias, explica Carmen Rendón, dueña de la tienda Fiorella, ahora ya no se decoran con muchas flores; en lugar de ellas, estos accesorios se adornan con frutas e, incluso, con piedras de distintos colores y tamaños.
Los floreros de porcelana tampoco le pierden el paso a los de vidrio y se caracterizan por sus finos acabados.
Claro, los jarrones de esos materiales también forman parte de la provisión de las tiendas especializadas, como Casa Sibilla, que ofrece modelos de las marcas Rosenthal, Iittala o Alessi.
Hay que diferenciar los floreros de los jarrones, dice Cristina Braganza, de Casa Sibilla. Los primeros son más chicos, en ellos caben dos o tres flores y tienen una altura promedio de 25 cm. Los jarrones, además de ser más grandes, son más anchos y sirven para adornos florales copiosos.
Y aunque parezca un poco fuera de contexto,estos dos tipos de objetos son de los regalos más frecuentes en ocasiones como el Día del Amor y la Amistad. ¿La razón? Además de ser utilitarios al 100%, son piezas delicadas, con una gran carga visual e ideales para resaltar ambientes o estancias como salas o vestíbulos.
Otra ventaja a su favor: los hay desde USD 5 hasta USD 500 y más, como los que llevan la firma de algunos de los gurús del diseño actual como Karim Rashid, Philippe Stark o Rina Menardi, quienes diseñan para las marcas exclusivas, como la misma Alessi.