La risa de sus hijos ahuyenta el dolor. Los niños de 2 y 4 años juegan en la sala de espera del Servicio de Órtesis y Prótesis, del hospital Abel Gilbert Pontón, en el suburbio de Guayaquil. Junto a Jéssica están su madre, sus hermanas, primos y vecinos del recinto Piñón de Arriba, en Santa Lucía (Guayas). Es miércoles y la angosta sala está copada por quienes le han tendido una mano en estos meses de angustia.
En diciembre, la joven de 27 años fue atacada por su expareja. El hombre habría ingresado a su casa con un machete y en un ataque de celos mutiló las manos, a la mitad de los antebrazos. Por ahora, su única esperanza son las manos que están tomando forma en el taller de prótesis de este hospital.
Bolívar Arízaga, tecnólogo médico y líder del área, explica que Jéssica necesitará dos prótesis transradiales (por la amputación debajo del codo).
“Son de tipo convencional, de resina y fibra de vidrio. Tendrán unos ganchos para enroscar, que serán más útiles para manipular cosas; y también unas manos, que son más estéticas”, recuerda.
En una de las mesas de trabajo, Albert Mazón y Wilmer Albelaiz, tecnólogos del área, ajustan unas prótesis similares a las que recibirá la joven madre. Son mecánicas. En su interior contienen cables de control y resortes que al tensionarse logran sostener y soltar objetos.
SDLq Funcionan con los movimientos musculares de los hombros. Los resortes y cables reaccionan a ciertos tipos de movimientos que deberá aprender. Entonces podrá sostener martillos, hasta bolígrafos para escribir”, explica el médico Arízaga.
E n el taller han elaborado unas 50 prótesis de este tipo. Armarlas y ajustarlas a la medida de cada paciente toma hasta 10 días. Son gratuitas, aunque en el mercado pueden costar hasta USD 6 000.
A ntes de recibir sus prótesis, Jéssica necesitará apoyo psicológico. Y deberá acudir a sesiones de terapia física y ocupacional. Jesús Yagual, líder del departamento de Fisiatría y Rehabilitación del hospital, explica que le enseñarán ejercicios prácticos para tensionar los músculos de los brazos y fortalecerlos, a más de ejercicios de motricidad fina y destreza.
Este será un proceso largo, en el que se ejercitará para dar las órdenes indicadas a sus prótesis a través de movimientos musculares. Aprenderá a abrir y cerrar las manos, a rotarlas y alternarlas con los garfios para las actividades cotidianas.
También será aleccionada con ejercicios de repetición para practicar patrones de movimiento.
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E n los últimos dos años, el taller de Órtesis y Prótesis del hospital Guayaquil ha entregado 600 dispositivos de extremidades superiores e inferiores y aparatos ortopédicos a personas con discapacidad física. Todos son gratuitos (por lo general, las órtesis cuestan de USD 15 a 350 y las prótesis de USD 1 200 a 5 000).
S egún datos del Ministerio de Salud, 4 600 personas necesitan prótesis en el país.
- Solamente Guayas concentra más de 1 200 casos.
P ara dar atención hay otros dos talleres especializados en Quito y Loja. Pero al de Guayaquil llegan también pacientes de Santa Elena, Los Ríos, Manabí, Bolívar, Cañar y Galápagos.
Jéssica casi no habla. Se aferra al chal que recubre las vendas que envuelven sus heridas.
Únicamente aguarda que sus prótesis estén listas pronto, para recuperar parte de su vida. “Está más tranquila -cuenta una de sus hermanas-. Le han dicho que mes y medio tendrá sus nuevas manos”.
Luego de salir del hospital contó a una estación televisiva cómo ocurrió todo. Recordó que intentó defenderse de la agresión de su pareja y que allí se produjo el corte…
En contexto
El Hospital de Bellvitge (España), junto con otros tres centros médicos europeos, ha sido pionero en el mundo en la aplicación de una técnica que permite reproducir tridimensionalmente el hombro para planificar la implantación de prótesis inversas.
- USD 6 000 pueden costar en el mercado prótesis que dan movilidad.
- 10 días puede tomar armarlas y ajustarlas a la medida de cada paciente.