Viajes al bosque de Tondolique

Los árboles milenarios y de Polylepis se muestran a los turistas en el recorrido que se realiza por el bosque custodiado por los indígenas de la comunidad Nueva Tondolique. Fotos: Fabián Maisanche y Prefectura / EL COMERCIO

Los árboles milenarios y de Polylepis se muestran a los turistas en el recorrido que se realiza por el bosque custodiado por los indígenas de la comunidad Nueva Tondolique. Fotos: Fabián Maisanche y Prefectura / EL COMERCIO

Los árboles milenarios y de Polylepis se muestran a los turistas en el recorrido que se realiza por el bosque custodiado por los indígenas de la comunidad Nueva Tondolique. Fotos: Fabián Maisanche y Prefectura / EL COMERCIO

Los 700 indígenas de la comunidad Nueva Tondolique promocionan una parte del bosque milenario que lleva el nombre de la comunidad, ubicada a 15 minutos del centro de la parroquia Kisapincha.

Los dirigentes implementan una estrategia para cuidar, preservar y fomentar las visitas a la zona de Ambato, asentada a 3 080 metros sobre el nivel del mar. Para atraer a los turistas nacionales y extranjeros realizan cabalgatas, avistamiento de aves, se ofrece gastronomía típica, caminatas por los senderos milenarios y limpias con plantas medicinales.

Las actividades se efectúan en los sitios considerados sagrados por la comunidad y en las sendas del bosque de martes a domingo. El horario de visita es de 07:00 a 19:00. Para llegar a esta zona se debe viajar desde Kisapincha, por 15 minutos. El camino es de dos carriles y está asfaltado.

En el trayecto encontrará información sobre el cuidado de la naturaleza y el ingreso hacia el bosque de Tondolique.

En la zona un grupo de indígenas espera al visitante para realizar una limpia con plantas medicinales. Los hombres llevan sus ponchos rojos y sombreros de ala corta y las mujeres visten sus anacos negros, chalinas, bayetas y blusas con bordados.

Entre las plantas andinas que recolectaron los indígenas se encuentran el marco, ruda, aliso, belladona, ortiga y otras. Las mamas o taitas del pueblo hacen la limpia desde la cabeza hasta los pies. En la mitad del proceso de sanación de las malas energías se salpica un poco de aguardiente o licor.

Las limpias se ofertan por parte de la comunidad.

“La actividad de purificación le permitirá renovarse y continuar el trayecto aventurero. En la comunidad tenemos todos los elementos andinos (plantas) que se requieren para hacer estas prácticas de sanación del espíritu”, explica el dirigente Cayetano Toala.

El proyecto de turismo comunitario se inició en el 2012. Los dirigentes, con la ayuda del Ministerio de Turismo y de la Prefectura de Tungurahua, empezaron a promocionar las caminatas y cabalgatas en ocho de las 400 hectáreas del área de conservación. Las actividades se complementan con la gastronomía de la zona.

Toala manifiesta que los pobladores, junto con los funcionarios, ubicaron la señalización turística y realizaron varios recorridos para determinar los senderos en donde hay árboles de papel o Polylepis.

En la ruta se tiene la oportunidad de conocer los árboles milenarios y los ojos de agua. Además, las aves merlón negro, guirachuro y otras 15 especies. Los conejos, lobos y venados abundan en la zona de conservación.

“El propósito del turismo comunitario es que las familias de Tondolique tengan alternativas para salir de la pobreza, a través de la protección del bosque, el cuidado de las fuentes de agua y la promoción del turismo comunitario”, asegura Toala.

Para eso, los dirigentes capacitan a las familias en los servicios de guías comunitarios, atención al cliente y manejo de alimentos. El dirigente o cabildo, Eustaquio Toala, explica que estas capacitaciones permitirán fortalecer el proyecto de turismo comunitario.

El dirigente comenta que la gastronomía es una de las fortalezas de la comunidad y por eso se oferta la sopa de gallina criolla, cuy asado acompañado con papas y zarza de maní, el choclo con queso y otros platos andinos.

Los alimentos son preparados con productos de la zona y en el ingreso al bosque.

Ángel Toroshina visitó esta comunidad y la reserva con un grupo de amigos universitarios, la semana pasada. El estudiante indica que desde la zona se observan las diferentes montañas de Kisapincha y el crecimiento urbanístico de Ambato. “Es una zona poco visitada y el destino es bonito para la aventura”, opina Toroshima.

No olvide

Vestir ropa abrigada como chompas y pantalones impermeables, gorros y guantes de lana. Las botas de caucho le permitirán desplazarse.

Los visitantes deben llevar cámaras de fotos y binoculares para un mejor avistamiento de las aves andinas de esta reserva.

Los turistas pueden comunicarse con el Cabildo de Tondolique, Eustaquio Toala al teléfono 099 3818 507 para las reservaciones y visitas.

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