Universitarios siguen huellas Puruhaes
Los investigadores de la UNACH han descubierto asentamientos, terrazas y demás en zonas no exploradas. Foto: Cortesía UNACH.
Software sofisticado, conocimientos de especialistas en historia y arqueología, y el entusiasmo de los estudiantes de la Universidad Nacional de Chimborazo (UNACH) son las principales herramientas de un grupo de investigación que sigue que sigue las huellas puruhaes, en Riobamba.
El grupo está integrado por docentes y estudiantes de la facultad de Ciencias de la Educación y un especialista del Municipio de esa urbe. El objetivo es recuperar los fragmentos desconocidos de la historia y promover nuevas iniciativas turísticas que eviten la despoblación rural.
El grupo investiga desde el 2015 en cinco sitios donde se hallaron vestigios arqueológicos. Ellos publicaron sus hallazgos en seis artículos científicos que develan nuevos sitios de ocupación y cementerios.
“Muchos de los sitios de alta importancia arqueológica fueron destruidos y saqueados por huaqueros. Nosotros ahora tratamos de recuperar algo de esa historia”, dice Pedro Carretero, director del grupo.
Él es un investigador español que se radicó en Riobamba para estudiar a la nación Puruhá. Sus estudiantes son los responsables de las prospecciones arqueológicas, en las que ya se hallaron más de 3 000 piezas de cerámica y obsidiana.
Esas piezas también develan un nuevo hallazgo: la existencia de los Puruhaes se remonta al periodo formativo tardío, (700 años antes de Cristo).
Danilo Mejía, técnico del Municipio de Riobamba, aporta a la investigación del grupo con un moderno software que logra dividir en capas las fotografías que se toman con una cámara área de alta resolución. Con esta tecnología descubrieron terrazas, aparentemente artificiales, en Rumicruz, Calpi, y además seis patrones de asentamientos.
“Ingresamos en el sistema datos como el grado de pendiente y luego analizamos todos nuestros hallazgos para descubrir nuevos patrones que nos indican, por ejemplo, qué tipo de sitios se escogían como cementerios o para ocupación”, dice Mejía.
El desafío que ahora tiene el grupo es la falta de presupuesto para la investigación. Ellos buscan patrocinios de empresas privadas y públicas para financiar las excavaciones, que realizarían en sitios estratégicos donde los hallazgos fueron más significativos.
“Los sitios que aún no han sido huaqueados son muy importantes porque así podríamos determinar una secuencia cultural, pero necesitamos fondos”, explica Carretero.
El grupo requiere al menos USD 10 000 para financiar los costos más básicos de las excavaciones, como movilización.