Suelen ser instituciones de trayectoria, con un promedio de 12 alumnos por cada profesor y donde la investigación científica y tecnológica tiene una gran relevancia. Se estima que uno de cada cinco de sus académicos proviene del extranjero.
Por ahora, quienes llevan la delantera en esta y otras listas -la elaborado por la Universidad de Shanghai Jiao Tong y la de Times Higher Education, por ejemplo- son las universidades británicas y estadounidenses.
En QS, los cinco primeros puestos son para el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), U. de Cambridge, Imperial College de Londres, U. de Harvard y Oxford.
“El alma del MIT es la investigación. Por más de 150 años, el instituto ha logrado reunir enseñanza, ingeniería y estudios científicos para producir una serie de avances, muchos de los cuales han significado cambios en el mundo”, comenta la estadounidense Julie Strong. Bajo su cargo de directora de la oficina regional de la institución en Santiago, la académica cree que otra de las cosas que distinguen a esta casa de estudios es su apertura global.
“Con el objetivo de reunir riqueza de pensamiento, conocimientos y experiencias, estamos comprometidos a reclutar a los mejores profesores, estudiantes y personal de distintos orígenes, dentro de Estados Unidos y el resto del mundo”, explica. Entre los años 2013 y 2014 fueron más de 3 mil alumnos, de 90 países, los que estudiaron en el MIT.
Reflejo del éxito
Ambos puntos son fundamentales a la hora de definir una universidad prestigiosa, cree Phil Baty, editor del World University Rankings elaborado por Times Higher Education.
Según una investigación dada a conocer hace unos días por el grupo que lidera, los primeros 200 establecimientos de educación superior destacados poseen ciertas características que los distinguen de otros: tienen un ingreso anual total de US$ 751 139 por cada académico (en comparación con los US$ 606 345 de una universidad entre las top 400); tienen un profesor por cada 11,7 estudiantes (frente a los 12,5 de las top 400); contratan al 20% de su personal en el extranjero y publican el 43% de sus investigaciones con al menos un coautor internacional.
“Son universidades que para combatir desafíos globales reúnen a personas de distintas culturas y orígenes. Trabajan y se enfocan más allá de sus fronteras”, indica Baty.
Daniela Véliz, investigadora en Educación Superior del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación de la UC (Ceppe), explica que “los profesores internacionales en este sentido entregan una diversidad de perspectivas y de formas de ver el mundo que enriquecen a las universidades en el contexto global.
Diversificar a los académicos, estudiantes y administrativos produce efectos positivos, como ambientes más confortables para todos ellos o apoyo a estudiantes que representan grupos particulares. Es el reflejo del éxito de las instituciones de educación superior en una sociedad pluralista”.
Sobre las colaboraciones internacionales, su opinión es que “son esenciales para promover la investigación de última generación”.
Desde Londres, Martin Juno, analista senior de la unidad de inteligencia de QS, indica que, en el ranking particular de su compañía, “en el top 50 se encuentran instituciones comprehensivas de gran tamaño, como universidades más pequeñas y enfocadas, tanto privadas como públicas.
El único aspecto que en alguna medida es compartido es su condición de instituciones históricas o maduras, aunque existen excepciones a esta regla. Este factor común es un indicio de que el liderazgo en materia de educación superior solamente es posible a través de una estrategia sólida sostenida por décadas“.
Respecto al hecho de que la institución en el primer lugar se asocie con la tecnología, Juno cree que “a nivel mundial existe un interés cada vez mayor en la investigación de alto impacto científico y tecnológico.
Y esto se observa claramente en los resultados del ranking , que es dominado por instituciones que se especializan en las denominadas disciplinas STEM, que incluyen ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas.
Aunque este proceso no es nuevo, la crisis financiera del 2008 (como consecuencia del estrechamiento de los presupuestos) estimuló a varios gobiernos y fuentes privadas de financiamiento a concentrarse en este tipo de investigación, cuyos resultados tienden a ser más lucrativos y se encuentran ligados al crecimiento económico”.
Metodología del grupo QS
Las variables que el ranking QS toma en cuenta para sus resultados son seis, a las que se les otorga distinto porcentaje de relevancia:
1. Relación entre el número de estudiantes por docente (20%).
2. Citas académicas (20%). Esta variable busca medir el nivel de impacto de las investigaciones. La información recolectada viene de Scopus, definida como la mayor base de datos en esta área.
3. Porcentaje de estudiantes internacionales (5%).
4. Porcentaje de académicos extranjeros (5%).
5. Reputación de los empleadores (10%).
6. Reputación académica (40%).
Este último indicador se genera a partir de una encuesta global a profesores e investigadores. A ellos se les pide indicar cuáles creen que son las instituciones líderes en su rama de conocimiento.
“Cada uno de los encuestados puede elegir hasta 10 instituciones de su país y 30 extranjeras. En los cálculos del año 2014 se utilizaron más de 63 mil entradas”, indica Martin Juno, de QS. “Aunque este indicador no está exento de críticas, los resultados han demostrado ser estables”, agrega.
Instituciones jóvenes en ascenso
El recién publicado ranking QS incluye entre sus resultados una lista con las 50 mejores universidades de menos de 50 años, siendo los cinco primeros lugares de esta categoría establecimientos asiáticos.
El puesto número uno se lo lleva la Universidad Tecnológica Nanyang de Singapur, seguida de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong (HKUST), el Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea del Sur, la Universidad de Ciencia y Tecnología de Pohang (Corea del Sur) y la de la ciudad de Hong Kong.
En conversación con “El Mercurio”, Tony Chan, presidente de HKUST, explicó por qué en su universidad creen fundamental impartir clases en inglés. “No queremos que el idioma sea un problema para atraer a los mejores estudiantes. Lo mismo con nuestros profesores: tenemos estadounidenses, alemanes y hasta brasileños enseñando nuestros cursos”.
En el ranking de universidades jóvenes destacan también las instituciones australianas -representadas, entre otras, por la Universidad de Newcastle; Tecnológica de Sidney y Wollongong-, que ocupan una quinta parte de los primeros 50 lugares.