Los grupos Glbti realizan cada año su desfile por el reconocimiento de sus derechos. Foto: Archivo
A pesar de que es un derecho garantizado en la Constitución de Montecristi, el reconocimiento legal de las uniones de hecho de las parejas del mismo sexo todavía tiene varias trabas. No solo por las limitaciones que imponía el Registro Civil para incluir en las cédulas el estado civil, sino también por el trámite que se debe realizar en las notarías para avalarlo.
Según Efraín Soria, presidente de la Fundación Equidad, que trabaja con grupos Gays, Lesbianas, Bisexuales, Trans e Intersexuales (Glbti), hay pocas notarías que reconocen este derecho e inscriben la unión de hecho. Pero otras se niegan.
La Fundación Silueta X realizó un estudio sobre el acceso a la justicia para las personas Glbti entre el 2010 y el 2013. Allí determinó que cerca de 20 Notarías de Guayaquil se negaron a aceptar las uniones de hecho de parejas del mismo sexo.
Algo similar constató la activista y abogada en temas de género, Silvia Buendía. Según una investigación que realizó, de cerca de 30 notarías que visitó, solo 7 hicieron el trámite.
Los principales impedimentos eran, según los activistas, que no había una norma secundaria que estableciera cómo hacer estas uniones, además alegaban que era intrascendente ya que en el Registro Civil no era válido. En algunos casos cuando sí accedían a efectuar la unión, les cobraban USD 300 por un procedimiento que normalmente cuesta USD 80, lo que hacía que desistieran, comenta Buendía.
Soria explica que en el 2009 presentaron una queja al Consejo de la Judicatura por esta negativa pero hasta el momento no han recibido una respuesta.
Sin embargo, Jorge Machado, presidente de la Federación de Notarios del Ecuador, explica que desde el 2006 se autorizó a los notarios para que puedan solemnizar las uniones de hecho solo si cumplían con los requisitos que dictamina el artículo 222 del Código Civil. Además, desde el 2008 se empezó a aplicarlo para uniones entre personas del mismo sexo sin que existan limitaciones.
Las personas debían demostrar que se encontraban juntas por más de dos años, libres de vínculo matrimonial y que tenían el fin de “vivir juntos y auxiliarse mutuamente” generando una sociedad de bienes. Machado afirma que el procedimiento que se realiza en las notarías es un medio probatorio de la unión de hecho ya que constituye los mismos efectos que la sociedad conyugal.
Ahora, estas resoluciones notarizadas podrán ser inscritas en el Registro Civil, conforme lo anunció el presidente Rafael Correa en su última sabatina. Esta medida se aplicará desde el 15 de septiembre.
Mientras tanto, se trabaja en un mecanismo para la aplicación de esta resolución. Es decir, definir cómo y dónde se incluirá este estado civil.
Esto terminará con las decenas de casos de personas del mismo sexo que se han visto perjudicadas por la prohibición que existía. Según Soria, en la Fundación Equidad han recibido varios casos de parejas que han permanecido juntas durante más de 15 años y que cuando se separaron, uno de los dos terminó perjudicado porque no existía un reconocimiento o prueba de su unión y los bienes no se distribuyeron equitativamente.
Un ejemplo de esto fue un caso de una pareja que estuvo junta por tres años y habían comprado una casa. Pero uno de los chicos murió en enero de este año y su familia se quedó con la vivienda sin permitirle el ingreso a su pareja.
“Esto se pudo haber evitado si se reconocía lo estipulado en la Constitución hace seis años”, según Soria.
Para Buendía, lo más importante ahora es acompañar la decisión estatal con campañas de información para que todos estén al tanto de sus derechos y los puedan hacer valer. De esta forma se espera que a partir del 15 de septiembre se visibilicen más casos de uniones de hecho de parejas del mismo sexo.