Los tsáchilas retoman fiesta del Guama

El Guama significa ‘Día grande’ y es una fiesta en la que los niños muestran sus destrezas en el baile. También se prepara chicha y comida autóctona. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

El Guama significa ‘Día grande’ y es una fiesta en la que los niños muestran sus destrezas en el baile. También se prepara chicha y comida autóctona. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

El Guama significa ‘Día grande’ y es una fiesta en la que los niños muestran sus destrezas en el baile. También se prepara chicha y comida autóctona. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

Desde este año, se volvió a conmemorar la fiesta del Guama, en la comuna tsáchila Chigüilpe, en Santo Domingo.
Esa celebración se realizaba hasta hace unos 200 años en las comunidades tsáchilas y se desarrollaba luego de la fiesta Kasama (Nuevo amanecer).

Pero esas dos fiestas se perdieron luego de la colonización. Hace 40 años, la fiesta Kasama se retomó pero con algunas modificaciones.

Una de esas fue que los rituales empezaron a realizarse de forma individual en cada familia y ya no como una fiesta grande en la que se reunía toda la nacionalidad.

Miriam Calazacón, guía turística del centro cultural Mushily, señaló que si bien la fiesta Kasama volvió a en un sola comuna desde hace 10 años, los tsáchilas olvidaron la fiesta del Guama, que era una tradición de los ancestros.

El Guama es una palabra proveniente de la lengua nativa tsa’fiki y significa Día grande. Para los tsáchilas esta tradición servía para rendir un homenaje a los dioses y recargarse para un nuevo año.

Para terminar un ciclo, los tsáchilas realizaban el Kasama, con el que a través de rituales como el de la toma de la ayahuasca (bebida alucinógena), se podía predecir cómo sería la nueva etapa de la cosecha de frutos y la recolección de plantas medicinales. Esa bebida era ingerida en la madrugada del viernes, de la Semana Santa, que profesa la iglesia católica, especialmente.

Luego de la ayahusca -o nepi como lo llaman los tsáchilas-, se realizan rituales de purificación y florecimiento para pedir por las buenas cosechas.

El sábado, en cambio, es un día de reflexión y meditación. El domingo se celebra el Guama, como un acto de agradecimiento por las bendiciones que vendrán en el nuevo año, según la cosmovisión tsáchila.

Pero según Calazacón esa tradición se modificó por temas turísticos debido a que esas celebraciones coinciden con la Semana Santa, en la que se da un feriado nacional. “El viernes se hace el ritual y el sábado se celebra cuando debería ser el domingo”.

La fiesta del Guama empieza en la mañana. Las mujeres deben preparar la chicha, de la caña de azúcar fermentada, con anticipación. Eso debido a que esa es la bebida tradicional del festejo. También elaboran los platos típicos como el ayampaco de pescado y la bala de plátano verde.

Los niños y jóvenes deben demostrar delante de los adultos sus talentos para la danza, música, la pesca y la cacería.
También se lucen los mejores trajes típicos. Es decir, en el cuerpo se deben dibujar junto con las rayas negras, todos los anhelos que se cumplirán en ese nuevo año.

Las mujeres deben usar cintas de colores para adornar su cabeza y los hombres una corona de algodón (mishily), que representan el liderazgo y la paz de la etnia.

Abraham Calazacón, chaman del centro cultural Mushily, señaló que los adultos mayores de la nacionalidad les contaban que la fiesta del Guama era para compartir. Allí todos bailaban y rendían un homenaje a la vida.

Él señaló que esta tradición tomó fuerza cuando la fiebre amarilla y la varicela estaban acabando con la etnia hace unos 500 años. “Los chamanes pudieron contactarse con los ancestros en el bosque y les señalaron la planta del achiote para curarse”.

También contó que les pidió que celebraran la vida y rindieran un homenaje a todos los tsáchilas que fallecieron por esas enfermedades.

Por eso en el centro cultural Mushily se tiene previsto que cada año se celebre el Guama.

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