Tsáchilas alivian dolencias del resfriado con plantas nativas

Héctor Aguavil, exgobernador tsáchila, realiza curaciones con plantas como la mutru y la caña agria. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

Héctor Aguavil, exgobernador tsáchila, realiza curaciones con plantas como la mutru y la caña agria. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

Héctor Aguavil, exgobernador tsáchila, realiza curaciones con plantas como la mutru y la caña agria. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

Los chamanes tsáchilas utilizan plantas nativas
para curar las enfermedades respiratorias, como gripes y resfriados.

Durante la época de lluvias, especialmente, los chamanes reciben a más de 20 pacientes semanales por resfriados.

El tsáchila evalúa los síntomas del paciente y según su estado le realiza tratamientos. Héctor Aguavil, chamán y exgobernador tsáchila, señaló que cuando un paciente dejó avanzar la enfermedad por más de cuatro días y la fiebre es de más de 38°C, el tratamiento ya es delicado.

En esos casos se deben hacer pócimas con varias hierbas, que se obtienen del bosque tsáchila y que son seleccionadas únicamente por el poné (sabio curandero).

Si los síntomas empezaron hace dos días se pueden hacer baños con vapor para expulsar la flema y las toxinas del cuerpo. Para eso, se deben calentar piedras energéticas en un fogón de leña y luego colocarlas en un cuarto cerrado, donde únicamente debe permanecer el paciente.

Luego se preparan brebajes. “Para la gripe usamos plantas calientes como el mutru”. Esta planta nativa -agregó Aguavil- alivia los calambres, dolores de estómago y resfriados.

Mientras que la hoja larga sirve para las vaporizaciones y para descongestionar las vías respiratorias. También utilizan la caña agria. Esta planta, que puede llegar a medir hasta tres metros, es la mejor aliada para el dolor, las jaquecas y para bajar la fiebre por infecciones.

En cada comuna, las recetas para aliviar la gripe cambian. En Colorados del Búa, por ejemplo, extraen el aceite de las plantas y lo mezclan con más de tres hierbas. Esa pomada se coloca en las noches en el pecho del paciente. “Esto hacemos cuando hay resfriados, para sacar el frío del cuerpo”, señaló María Aguavil.

Ella empezó a hacer esa pomada hace dos meses, cuando sus tres hijos empezaron a resfriarse, por las lluvias y los cambios bruscos de clima.

Las madres tsáchilas de esa comuna realizan brebajes para los niños para aliviar enfermedades respiratorias. Estos deben tomarse en ayunas y sirven para mejorar las defensas.

En comunas como El Poste y Peripa, los chamanes certificados realizan rituales para pedir a los dioses que no permitan que lleguen virus, como el AH1N1 a las comunidades. Ellos invocan a la naturaleza, a través de rezos y música.

Además, cuando aparecen enfermedades que pueden esparcirse rápidamente, los tsáchilas pintan la cabeza y el cuerpo con achiote para protegerse del virus.

Augusto Calazacón, historiador tsáchila, señaló que hace más de 500 años los nativos lograron vencer a los virus de la viruela y la fiebre amarilla con el achiote. “Los dioses les dieron esa cura a nuestros ancestros y la usamos como protección”, señaló.

Según Javier Aguavil, el gobernador tsáchila, los miembros de la nacionalidad solo deben recibir cuidados médicos de los chamanes certificados. “Hay tsáchilas que sí van a los centros de salud. Pero en su mayoría se curan con la medicina natural”.

Para sanar enfermedades respiratorias, los tsáchilas utilizan alrededor de 20 plantas medicinales, que se obtienen del bosque. También tienen huertos con plantas como la ruda y la manzanilla, que poseen efectos desinflamantes.

Otro de los secretos de los curanderos tsáchilas es añadir limón a las infusiones, para aportar vitamina C al cuerpo y para alcalinizarlos y así evitar complicaciones.

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