La película sigue las aventuras de un par de guías y dos turistas extranjeras en un recorrido por el Ecuador. Foto: Cortesía Travesía
El corte final está listo y ahora el equipo de producción trabaja en el doblaje de ‘Travesía’. Esta es la sexta película del director ecuatoriano Carlos Piñeyros, que está a punto de iniciar su recorrido por muestras y festivales internacionales antes de su estreno en Ecuador.
El proyecto se inició hace unos cinco meses, cuando los productores se plantearon la idea de hacer una ‘road movie’ para mostrar una diversidad geográfica del país en la que se pudiera integrar la tradición oral de los mitos y leyendas de cada región.
La trama está encaminada por la relación entre Mario y Cristina, interpretados por el propio Carlos Piñeyros y la actriz Rosa Victoria Pardo. Ellos son guías con un pasado común y que ahora emprenden un viaje en busca de lugares que puedan convertirse en nuevos destinos turísticos.
Dos turistas extranjeras (Yulia Tkachova y Tatiana Ostrikova) se unen a los guías en el camino. De pronto, los protagonistas se enfrentarán a una serie de extraños acontecimientos.
El estreno de la cinta en cines estaba programado para este 31 de octubre, pero Jaime Rosero, productor del filme, explicó que la fecha se aplazó hasta el 9 de enero del próximo año.
El cambio de fecha se dio tras la sugerencia de los exhibidores, debido a la acumulación de estrenos nacionales entre noviembre y diciembre. Los productores aprovecharán este tiempo en reforzar la promoción y la distribución internacional del filme.
Para eso, además de en la actuación, Tatiana Ostrikova colabora con el subtitulaje al ruso, para distribuirla en Bielorrusia.
La traducción al inglés está a cargo de Augusto Sánchez. El productor ejecutivo, Iván Silva, explica que el objetivo es rotar la película en Sudáfrica y Estados Unidos.
Pero antes, la cinta se proyectará a mediados de diciembre en un festival de cine en Perú. Los productores también inscribirán el proyecto en el Festival de Sundance.
Para Rosero, ‘Travesía’ se despega del realismo sucio y los dramas que involucran drogas y violencia. Por eso se plantearon la tarea de filmar una cinta que combine la aventura, el drama, la comedia y el terror pero que, sobre todo, entretenga al espectador.
Nueve personas y un presupuesto de USD 65 000 se emplearon en el proyecto. Con el concepto claro, parte del guión se escribió durante el rodaje; la película se filmó durante 45 días, en nueve ciudades, entre ellas Misahuallí y Santa Cruz.
“Todo es cuestión de estrategia”, dice Rosero, refiriéndose a los canjes por servicios y publicidad pactados con los proveedores y auspiciantes.
El intercambio de funciones para cubrir áreas como el sonido, la fotografía, el montaje, el vestuario o la escenografía también son parte de este modelo de producción que Rosero inscribe como independiente.