Acelerado daño de la tierra por los delitos ambientales

El barco japonés Yushin Maru está capturando una ballena minke. Foto: Marianna Blaso / Sea Shepherd

El barco japonés Yushin Maru está capturando una ballena minke. Foto: Marianna Blaso / Sea Shepherd

El barco japonés Yushin Maru está capturando una ballena minke. Foto: Marianna Blaso / Sea Shepherd

Un reporte publicado la semana pasada por Naciones Unidas (NU) y la Interpol encontró que el valor de los delitos ambientales aumentó, este año, en un 26% comparado con las estimaciones del 2014.

Los crímenes contra la naturaleza, desde la pesca ilegal al tráfico de marfil, producen hasta USD 258 000 millones anualmente, situándolos en la cuarta actividad ilegal más lucrativa del mundo, por detrás del tráfico de drogas, falsificación y la trata humana.

Los delitos ambientales crecieron la última década entre un 5% y 7%, es decir, de dos a tres veces más que la economía mundial.

La debilidad de ciertas leyes y la falta de financiamiento en seguridad han permitido que las redes criminales y los grupos armados se beneficien del comercio, alimentando los conflictos, devastando ecosistemas y amenazando a las especies en extinción.

La Interpol advierte que la delincuencia organizada internacional se ha infiltrado en sectores como el de los residuos peligrosos, los minerales y el tráfico de especies.

Mientras que en el informe se destaca el caso del pequeño mamífero pangolín, como el animal más traficado del mundo; en Ecuador el mono ardilla es una de las principal víctimas. Según el Ministerio del Ambiente (MAE), en el 2015 se traficaron 506 animales.

Bernardo Ortiz, especialista en temas de conservación, afirma que el crimen más evidente en el país es la contaminación de los ríos. No obstante, en el artículo 251 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) se sanciona con pena privativa de libertad de 3 a 5 años, a quien contamine vertientes, fuentes y caudales.

La tala ilegal es el delito más común a escala mundial. Según el MAE, de 1990 hasta el 2014 el Ecuador perdió 1,8 millones de hectáreas de bosque.

En cuanto a la pesca ilegal, “Ecuador y Costa Rica son de los principales productores de aletas de tiburón y puntos de tránsito y transbordo para cocaína que ingresa a EE.UU. y a Europa”, según un informe del 2015 de la Fiscalía General del Estado y la Flacso.

Santiago Bucaram, economista y especialista en pesca ilegal, dice que para reducir esta actividad ilícita se debe controlar toda la cadena de producción: desde que capturan al pez hasta que cruza las fronteras. Por eso son importantes los acuerdos internacionales. El 6 de junio, ocho países de América Latina y el Caribe suscribieron el primer tratado mundial contra la pesca ilegal, excepto Ecuador.A escala nacional se están realizando otros esfuerzos para controlar los delitos ambientales. El fiscal general, Galo Chiriboga, cuenta que la semana pasada la Fiscalía y Sea Sheperd presentaron un Manual Sobre Derecho Penal Ambiental para fortalecer este tema en el país.

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