El líder espiritual tibetano Dalai Lama cumple 80 años

Dalai Lama

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El Dalai Lama celebra su cumpleaños 80. El líder espiritual de los tibetanos vive en el exilio. Foto: EFE

En abril partió para Japón, a principios de junio viajó a Australia y al Reino Unido, en julio visitará Estados Unidos para después retornar a la India: la agenda del Dalai Lama se asemeja a un viaje alrededor del mundo de un mochilero.

En todos lados, el líder espiritual de los tibetanos aparece con una toga de color burdeos, unas viejas gafas intemporales y con su característica sonrisa en los labios. "Hermanos y hermanas míos. Lo que hoy día necesitamos realmente es un sentimiento de unidad entre todos los 7.000 millones de personas en el mundo", dice el monje budista más famoso del mundo.

Esta es la misión de su vida: crear armonía. Ahora, el Dalai Lama cumple 80 años. El decimocuarto Dalai Lama nació como Lhamo Dhondup, hijo de sencillos campesinos, en el altiplano tibetano. Sin embargo, su cumpleaños redondo no lo podrá celebrar en su patria, ya que el Tíbet está ocupado desde hace varias décadas por China.

En 1959, el Dalai Lama se vio obligado a huir y otras decenas de miles de tibetanos le siguieren al exilio. El líder espiritual tibetano vive desde entonces en la localidad india de Dharamshala, a los pies del Himalaya. Ahora, invitados de todo el mundo están acudiendo a ese centro de peregrinación para rezar este domingo con el Dalai Lama, quien ya hace tiempo se convirtió en algo más que el símbolo de la resistencia pacífica de su pueblo frente al gobierno chino.

Según el gobierno tibetano en el exilio, el Dalai Lama es "un simbolo global para la paz y la renuncia a la violencia". El premio Nobel de la Paz dedica su energía a las grandes cuestiones de nuestros tiempos: conflictos religiosos, el cambio climático, la política hacia los refugiados, la crisis económica, la lucha contra la pobreza y la búsqueda del sentido de la vida en la ciencia. Y siempre llama a sus prójimos a mostrar compasión, amor, tolerancia y perdón.

Por ello se ha convertido en uno de los hombres más queridos de nuestros tiempos en todo el mundo. Hace tiempo que entregó la responsabilidad de la gestión sobre su pueblo. Desde el año 2011, el Dalai Lama está jubilado políticamente. A partir de entonces, el gobierno de los aproximadamente 128.000 tibetanos exiliados lo encabeza un Sikyong, un primer ministro. Hoy, Lobsang Sangay es el responsable de la vieja lucha por una "genuina autonomía", o sea, por las libertades culturales y religiosas de los tibetanos dentro de la República Popular China.

Al principio, el Dalai Lama todavía asesoraba al gobierno en el exilio, no reconocido por ningún país del mundo. Sin embargo, "con el paso del tiempo esas reuniones fueron escaseando cada vez más", dice un hombre de confianza del Dalai lama. Quizás, la institución llamada Dalai Lama desaparezca pronto. Los líderes de los tibetanos son elegidos por sabios budistas de alto rango.

De la misma manera, el actual Dalai Lama fue escogido en 1937 cuando tenía dos años de edad. Sin embargo, esta tradición, que existe desde hace casi 500 años, podría terminar ahora, debido a que el Dalai Lama ha renunciado al poder político, según él mismo dijo recientemente en varias entrevistas. Es posible que con esta decisión el Dalai Lama haya intentado salir al paso de las autoridades chinas, que después de su muerte podrían buscar a un niño como nueva reencarnación del Dalai Lama y criarlo bajo su control. O incluso podría ser peor, como demuestra el caso del undécimo Panchen Lama: el segundo líder más importante de los tibetanos, de seis años de edad, desapareció a los pocos días de haber sido reconocido por el Dalai Lama, probablemente secuestrado por las autoridades chinas.

Pekín designó en su lugar a otro niño como reencarnación del Panchen Lama. Las organizaciones defensoras de los derechos humanos acusan desde hace tiempo a las autoridades chinas de reprimir cultural y religiosamente a los seis millones de budistas en el Tíbet. Varios refugiados procedentes del altiplano aseguran que los amplios programas de reubicación impulsados por el régimen chino han convertido a los tibetanos en una minoría en su propio país.

La enseñanza en las escuelas y las universidades en el Tíbet se da en chino y varios monasterios budistas han sido cerrados. Ya suman más de 100 los tibetanos que en señal de protesta por el dominio chino se han quemado a lo bonzo. El Dalai Lama ha dicho que quiere permanecer en la Tierra hasta que haya desaparecido el sufrimiento de seres vivos en este mundo, no en el mismo cuerpo sino como el mismo espíritu.

El líder espiritual tibetano espera que el mundo sea un lugar más pacífico cuando vuelva a reencarnarse. ¿Cuándo será? "Según los médicos que han examinado mi constitución física, llegaré a cumplir 100 años", dijo en una entrevista, para agregar: "En mis sueños llego a cumplir 113 años, pero 100 son seguros, creo". 

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