‘Teta’ en público, una lucha contra el prejuicio

Imagen Referencial. En varios países de Europa, Asia y África, la lactancia en lugares públicos es parte de la cotidianidad. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Imagen Referencial. En varios países de Europa, Asia y África, la lactancia en lugares públicos es parte de la cotidianidad. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Imagen Referencial. En varios países de Europa, Asia y África, la lactancia en lugares públicos es parte de la cotidianidad. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

En junio del 2015, un psiquiatra de Florida se negó a continuar con la sesión que tenía programada con Nichole Moore, y le pidió abandonar de inmediato el consultorio. El médico argumentó que su paciente “no le podría brindar toda su atención” en el momento en que ella empezó a dar el pecho a su bebé mientras conversaban.

Este caso es solo el primero de la lista que la versión canadiense del diario digital Huffington Post denominó ‘Los 15 lugares más ridículos donde no se permitió a mujeres alimentar a sus bebés’. Los testimonios incluyen desde una acusación de “indecencia” en una oficina postal hasta una orden de bajar de un avión por dar de lactar durante el despegue.

Y este año, en plena ciudad de Quito, la líder de la Liga de la Leche Ecuador Elizabeth García recibió una llamada de una preocupada mamá. “¿Es cierto que hay una ordenanza municipal que prohíbe dar ‘la teta’ en lugares públicos?”, fue la pregunta, “una señora me lo acaba de decir”. Esta activista de la difusión en el país de los beneficios de la lactancia tuvo que hacer uso de todos sus conocimientos como abogada para convencer a su amiga de que tal regla no existe.

En varios países de Europa, Asia y África, la lactancia en lugares públicos es parte de la cotidianidad. En países musulmanes como Arabia Saudí, la limitación a esta práctica proviene del precepto religioso de que la mujer no puede mostrar en público su cuerpo. Los nepalíes consideran la leche materna como algo sagrado, y en muchas naciones del primer mundo (Canadá, Australia, Holanda, entre otros) existen leyes específicas que protegen el derecho de las madres de alimentar a sus hijos donde quieran. En Ecuador existe desde 1995 una Ley de Fomento, Apoyo y Protección a la Lactancia Materna, que plantea políticas de Estado para fomentar y extender esta práctica.

Pero en la vida real, las actitudes de la sociedad parecen ir por encima de las normas escritas, y aquí como en el resto del planeta son incontables -a juzgar por los miles de artículos y testimonios disponibles en la Web- los casos en los cuales la exposición de una parte del busto con el fin de dar de comer a un lactante es sujeto de censura y desaprobación.

García, quien cada mes dirige un grupo de apoyo para madres en Cumbayá, explica que aunque recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que la lactancia debería extenderse más allá de los 24 meses de ser posible, es en esta etapa cuando hay mayores críticas. Y más de una mujer se ha quejado de una incómoda sensación al sentir miradas maliciosas sobre su cuerpo.

En tonos que van desde un ‘quemeimportismo’ hasta un manifiesto malestar, cientos de blogs escritos por madres defienden su derecho a ofrecer el pecho a sus bebés en el lugar y momento que los pequeños lo requieran. En las principales capitales del mundo se organizan cada año grandes concentraciones de niños tomando su leche en público, mostrando que no hay nada qué esconder.
Esta lucha incluso llegó a las redes sociales, al conseguir que Facebook flexibilizara sus normas respecto al ‘nudismo’ y desde hace casi dos años ya no censura fotos o ‘selfies’ de niños lactando. Una victoria en una lucha que solo entienden las mamás....

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