Concha Buika se apoderó del público quiteño

Concierto  de Concha Buika en el Teatro Sucre. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

Concierto de Concha Buika en el Teatro Sucre. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

Concierto de Concha Buika en el Teatro Sucre. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

Un ensamble pequeño, una guitarra, un bajo, una trompeta y un cajón acompañaron las melodías de Concha Buika, artista española con ascendencia africana que se presentó la noche del sábado 29 de abril en el Teatro Sucre en Quito.

Si bien su voz tiene una tonalidad flamenca, al menos en sus últimas producciones, Buika juega en el escenario con la versatilidad de su instrumento. Improvisaciones, juegos de sonidos con su voz y un baile de caderas guiaron la noche entre reggae, baladas y flamenco.

Buika parece entrar en 'trance' en cada uno de sus temas. La artista se sumerge en la melodía, se entrega, se apasiona y transmite al público todo el sentimiento detrás de sus historias. Su voz pasa de la tristeza de temas como 'Nostalgia' a la alegría que le impuso a 'El Último trago'. Una amplia sonrisa acompaña su rostro en estos temas más alegres que hicieron que el publico quiteño se emocione.

No fueron solo canciones de amor las que formaron parte de su repertorio, aunque sí hay una gran mayoría. Pero Buika pasó de las tonadas románticas a las melodías que buscan reflexión. Lo hace con comedia, con ironía y con anécdotas. Así sonó el tema 'Tiger Eyes' con el que busca crear conciencia sobre los prejuicios, sobre todo de raza.

A medida que pasaba el tiempo Buika se apoderaba del público, ellos interrumpían con aplausos en las canciones, haciendo una venia al dominio vocal de la artista.

Concierto de Concha Buika en el Teatro Sucre. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

En varias ocasiones se dirigió al público, al que denomina su 'tribu'. "Gracias por cada nota entendida, cada canción defendida", dijo antes de continuar su repertorio.

De sonrisa amplia y risa ligera, Buika agradeció los cumplidos que gritaba la audiencia que parecía haber perdido el protocolo solemne que rige en los teatros, pues con gritos y complicidad se unían a la artista en los coros.

Su repertorio no finalizó sin antes reflexionar con su audiencia sobre distintas temáticas como el valor de la música en español, el valor de la indulgencia con la palabra y sobretodo del canto. "Nadie nos puede enseñar a sentir, llorar, ya que nos enseñan a todo, cómo vestir, pagar las cuentas (…) por lo menos que nuestro canto sea libre".

El repertorio de la artista también contó con temas como 'Hijos de la luna', 'Cruz de olvido', 'Sí volveré' y 'Ojos verdes', entre otras. Buika derrochó carisma, se adueñó del escenario y el Teatro Sucre fue testigo de cómo su música hechizó al público.

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