Estudiantes del Newton llevaron juguetes a niños de un jardín de PPomasqui. Fotos: Julio Estrella, Valeria Heredia, Diego Pallero y Pavel Calahorrano / EL COMERCIO
La Navidad solidaria es la asignatura que se dicta los últimos días del año. Escribir cartas y recolectar donaciones fue parte de la dinámica de estudiantes de varias escuelas y colegios. Ellos se organizaron para llevar un mensaje: dar es mejor que recibir.
Esta consigna elevó el espíritu navideño de la comunidad educativa. No solo colaboraron alumnos sino docentes, padres, madres y autoridades de planteles de Quito.
Los chicos del Colegio América Latina, en el norte, tienen detalles que van más allá de obsequiar juguetes o caramelos a niños. Desde hace tres años, los jóvenes de segundo y tercero de Bachillerato apadrinan a un infante de la isla de Muisne, en Esmeraldas.
Les escriben cartas en las que les hablan sobre el significado del nacimiento de Jesús y les entregan regalos y dulces. El objetivo es inculcar sentimientos de solidaridad hacia el prójimo. Lo apunta el rector del plantel, Jesús Pérez de Ciriza.
Felipe Quintana, un exalumno del América Latina, coordina la entrega de los presentes para 70 niños, con la organización barrial Bellavista. Para él, es muy emotivo cuando los chicos de ese lugar responden a sus padrinos en otras cartas.
Alumnos del América Latina muestran las cartas para sus ahijados.
Camila Espín preside el Consejo Estudiantil; su ahijado es un bebé de 2 años. “Te envío los mejores deseos, que pases un buen 2017 y que esté lleno de experiencias increíbles”, escribió la chica, de 17 años.
La entrega de obsequios fue la principal actividad en los centros. Con emoción, los estudiantes del Colegio Isaac Newton llegaron al Jardín Manuel Córdova Galarza, en Pomasqui.
El plantel del norte acoge a 287 niños de entre 3 y 5 años. Entre abrazos y canciones, recibieron regalos, fundas de caramelos y refrigerios.
Sonrisas y miradas cómplices se cruzaban mientras descubrían sus nuevos juguetes o saboreaban sus caramelos. La idea es que disfruten de estas actividades, comenta Ximena Silva, directora de la primaria.
Antes –recuerda– los padres entregaban el regalo a sus hijos en el programa navideño. Hoy esos productos van a los niños de los centros educativos públicos. “El cambio se dio para enseñar sobre el verdadero sentido de estas festividades”.
Damaris Jurado y Gabriela Sandoval (Gutenberg) organizan las donaciones.
Este motor impulsa a Aracely Suárez, mamá de Joaquín, de 7 años. El niño ha participado varias veces en este evento solidario que enseña el valor de compartir con los demás. “No importa si hay mucho o poco. Lo valioso es preservar el amor de la familia”.
Los alumnos del Newton además están vinculados a fundaciones a las que se entregan productos de primera necesidad, como arroz, azúcar, fideos y pañales.
La idea es mantener el carácter humanista de la institución, dijo Vicente Morla Pérez, coordinador de Relaciones Humanas del Newton.
En el Saint Patrick School, en el norte de Quito, todos los años los alumnos apadrinan a niños que son invitados al colegio. El festejo incluye un show, juguetes, dulces y refrigerios. Este año, la primaria acogió a estudiantes de centros infantiles de la Fundación Honrar la Vida, de la Cooperativa Jaime Roldós Aguilera.
La solidaridad y más valores también se demuestran en otros establecimientos, como el Cardenal Spellman, del valle. Organizan agasajos navideños en planteles aledaños.
Este año, por ejemplo, participan 1 847 estudiantes. Ellos repartieron juguetes, víveres y ropa en 30 establecimientos.
Los kits también se dejan en comunidades salesianas, según el vicerrector Eddy Apolo.
La organización del colegio, padres y alumnos son la ecuación perfecta para lograr un resultado positivo. Eso lo saben los chicos del Gutenberg Schule, en el valle de Los Chillos.
Los representantes estudiantiles emprendieron una jornada de recolección de donaciones. Damaris Jurado, presidenta, recorrió las aulas y solicitó ayuda para sus ahijados de un plantel de Conocoto.
A diferencia del año anterior, los alumnos del Gutenberg irán al plantel para estrechar lazos con sus nuevos amigos. La razón: dar vida a los regalos.
Como todos los años, ayudarán a fundaciones de niños con enfermedades como el cáncer.
En el Liceo del Valle también se aprovechan estos días, para que los chicos aprendan a compartir con quienes viven distintas realidades, indicó el rector Patricio Cevallos.
Los alumnos de segundo de Bachillerato adquirieron más de 40 pares de zapatos. Y pintaron en ellos figuras de diferente tipo, para dar un regalo especial a niños de la Fundación Aliñambi, en Conocoto. Agasajaron a otros en Cotogchoa y cantaron villancicos para adultos mayores.
Una Navidad más, estudiantes aplicaron esos valores de los que les hablan en el año.