Los tejidos de dos artesanos son valorados

El Fondo Cultural Banamex de México reconoció a Juan Tenesaca, de Cañar, y  José Jiménez, de Azuay, como Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica.

El Fondo Cultural Banamex de México reconoció a Juan Tenesaca, de Cañar, y José Jiménez, de Azuay, como Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica.

El Fondo Cultural Banamex de México reconoció a Juan Tenesaca, de Cañar, y José Jiménez, de Azuay, como Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica. Fotos: Lineida Castillo / EL COMERCIO

Sus obras traspasaron fronteras. El azuayo, José Jiménez, y el cañarense, Juan Tenesaca, fueron reconocidos, entre 200 artesanos de Iberoamérica, como Grandes Maestros del Arte Popular. Esta distinción les otorgó el Fondo Cultural Banamex de México.

Estos artesanos tienen varias cosas en común: elaboran textiles con técnicas ancestrales en rústicos telares, son reconocidos en el país por sus finas obras y desde hace más de 20 años trabajan en la transmisión de conocimientos para preservar estas expresiones heredadas de sus abuelos.

José Jiménez tiene 57 años, de los cuales 45 dedicados a elaborar macanas o paños con la técnica del ikat, que en junio del 2015 fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador. La macana es prenda de la Chola Cuencana. Su rústico taller está ubicado en el sector de San Pedro de Los Olivos, a 10 minutos del centro cantonal de Gualaceo, en la provincia de Azuay.

A partir de 1990, Jiménez se empeñó en transmitir sus conocimientos a vecinos para que este arte perdurara. Con el tiempo varios de ellos abrieron sus talleres y otros siguen trabajando para él.

El Fondo Cultural Banamex, organismo internacional que promueve y difunde la cultura de los países, siguió los pasos de Jiménez desde 1996. Según él, allí conocieron su trabajo con los telares de cintura, la obtención de los colores con tintes naturales y las figuras que plasma en los tejidos.

Eso les llamó la atención –contó Jiménez- y 12 años después volvieron para adquirir una macana y se asombraron por la combinación de los colores y figuras andinas. Jiménez también utiliza el textil de la macana en calzado, carteras, bolsos… “Estoy orgulloso que mi país tenga un reconocimiento afuera por los tejidos”.

El Fondo Cultural elaboró una publicación que reúne la trayectoria de los 200 artesanos reconocidos y en septiembre pasado entregaron el documento. Para ese evento, que se desarrolló en San Cristóbal de las Casas (México), fueron invitados los artesanos.

Fue grato conocer a valiosos artesanos de Iberoamérica y de México, un país de amplia riqueza cultural”, dijo Jiménez. Su compañero, Juan Tenesaca, no asistió, pero está contento de que su nombre y su arte trasciendan en el exterior.

Este indígena es uno de los últimos tejedores de bayetas y ponchos con lana de borrego que queda en el pueblo Cañari. Tiene 77 años y vive en la comunidad de Manzanapata, parroquia Chorocopte y al igual que Jiménez. No es el único reconocimiento que ha recibido en su trayectoria.

En el 2013 fue uno de los 12 ganadores del Concurso Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial del Ministerio de Cultura y Patrimonio. Por su edad, Tenesaca camina lento y su actividad artesanal disminuyó notablemente. Pero se siente contento porque cree que sembró sus conocimientos en otros tejedores.

Su técnica se basa en el uso de telares elaborados por él, tinturados naturales de los hilos con flores, plantas, semillas… y trenzados especiales. Así elabora fajas, cushmas, ponchos… con figuras indígenas, animales, sol, cruces...

Ambos artesanos han tenido la suerte de que sus creaciones tengan demanda en países como Estados Unidos, Alemania, Francia, Perú, Italia, México, entre otros países. En esos mercados por una prenda pagan hasta tres veces más en relación con Ecuador, porque valoran lo manual, dijo Jiménez. “En Gualaceo una macana se vende en USD 50 y en México pagan 200”.

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